Las obras de restauración del palacio de Villaescusa, que comenzaron en junio y terminarán a mediados de 2017, han permitido aligerar el edificio en 300 toneladas de peso para hacerlo más estable y seguro ante posibles nuevos terremotos, eliminando encofrados de hormigón y vigas de acero, que se añadieron al inmueble tras su construcción y que habían alterado la masa del edificio y su inercia.

Este palacio, un edificio construido en el siglo XVII con ampliaciones del XVIII y el XIX, es la sede de las concejalías y servicios municipales de Contratación, Estadística, Patrimonio y Turismo, que ha prestado durante los últimos cinco años pese a estar completamente apuntalado como consecuencia de los daños que sufrió por los terremotos de 2011.

Su restauración es la única que quedaba pendiente de entre los edificios históricos propiedad del ayuntamiento, ha dicho hoy el alcalde, Francisco Jódar, tras recorrer sus dependencias, cuya rehabilitación se encuentra muy avanzada, con un grado de ejecución del 60 por ciento.

Las obras, que suponen una inversión de 350.000 euros, combinan las técnicas y materiales tradicionales como la madera, con otro otros de vanguardia como la fibra de carbono, de manera que "trabajen juntos" a la hora de responder ante situaciones como terremotos, ha dicho el arquitecto Damián de Haro.

El objetivo primordial de los trabajos, ha explicado ha sido aligerar el peso del edificio, tal y como se ha hecho tras los terremotos del año 2011 con la mayoría de las cubiertas y cúpulas de iglesias que han sido restauradas.

Para ello se están eliminando aquellos elementos que supusieran sobrecarga, como rellenos de grava y dobles o triples solados y planchas o estructuras de hormigón o metálicas de las cubiertas.

El experto ha explicado que para conservar la identidad del inmueble se han mantenido todas las bóvedas tabicadas de ladrillo, especialmente las de la escalera, retirando solo los ladrillos rotos que han sido sustituidos por otros de idéntico material.

La intervención para respetar la estructura de la caja de escalera ha requerido, además, el refuerzo de su piso más alto, conectando sus esquinas, así como con la comprobación de la existencia de un durmiente superior de madera, para apoyo de la estructura.

La actuación en los muros pétreos tradicionales de Villaescusa ha contemplado la reparación de las grietas que presentaban tras los temblores de tierra, que se han "cosido" con varillas de fibra de vidrio.