«Lo importante es que la fiesta siga y que la gente haga sus barbacoas», tiene claro el alcalde de Ceutí, Juan Felipe Cano, que este martes explicaba cuál será la alternativa a la malograda ´caza del marrano´, que la consejería de Agricultura prohibió con el argumento de que no se podía entregar un animal vivo a modo de premio.

El trofeo seguirá siendo un cerdo, pero muerto y ya debidamente preparado en la carnicería. Y seguirá habiendo charca, porque «lo bueno es el barro, que es la diversión: que la gente se reboce», manifiesta el primer edil.

En la charca de barro, los miembros de las peñas se enfrentarán a varias pruebas. En una de ellas tendrán que sacar unas bolitas (cada una tiene un papel dentro) del barro. También habrá clásicos, como el juego del pañuelo o el de tirar de una cuerda. Y se pondrá un barreño con azulete, preparado con la intención de que los participantes acaben así: azules.

Se repartirán ocho cerdos, debidamente troceados. De hecho, los premios serán así: el primero, un cerdo entero; el segundo, medio cerdo; el tercero, un cuarto.

Los marranos no estarán en presencia, pero sí en espíritu. Y es que, como banda sonora del festejo, por un altavoz sonarán... gruñidos de cerdo.

Todo esto será el próximo sábado, día en el que Ceutí tenía previsto ´cazar´ a los puercos. El broche de oro del festejo no se modifica: será una barbacoa.