Isabel Martínez Barnés, viuda de Cristóbal Díaz Carrillo, es una lorquina nacida en el paraje de El Pradico en el año 1916 que el 7 de julio cumplió sus cien años de vida, lejos de su pueblo pero con el pensamiento y la mirada puesta en la tierra que la vio nacer. Reside actualmente con su familia en Torredembarra (Tarragona). Hasta allí tuvo que emigrar a principios de los 70, para no quedarse solos (ella y su esposo) en el campo. Su hija, María, se marchó a vivir a Francia mientras que su hijo, Miguel, lo hizo a Cataluña, lo mismo que sus hermanos. Y hasta Cataluña se desplazó también el matrimonio, para estar más cerca de sus seres queridos.

Isabel afirma que no ha vuelto a Lorca, aunque le gustaría hacerlo. No obstante, sigue con añoranza el día a día de su ciudad natal «a través de lo que me cuentan mis sobrinos y mi hermana, que viven por allí, y lo que me transmiten mis nietos por Internet».

De sus primeros años en El Pradico rememora «solamente que pasamos mucha hambre y trabajaba mucho en el campo».

«Mis padres eran labradores, cuidaban ovejas y trabajábamos en todo lo relacionado con el campo. Eramos siete hermanos de los cuales solamente vive mi hermana pequeña, Apolonia», dice.

Recuerda también que «cuando era pequeña venía a mi casa un maestro para enseñar a leer y escribir a mis hermanos, pero a las mujeres no nos daba clase. Sin embargo, yo me metía en medio y poco a poco fuí aprendiendo lo que sé». La familia no sentía de cerca la pasión de la Semana Santa. «Me dan igual blancos que azules. Yo era del campo y pisábamos poco la ciudad», relata.

Los que sí le han preocupado siempre desde que está fuera de su tierra han sido los acontecimientos que se vienen registrando en Lorca. Asegura que vivió muy de cerca -por la tele- todo lo referente a los terremotos que sacudieron la ciudad en el año 2011.

Tres nietos y tres biznietos

Isabel Martínez tiene tres nietos y otros tres biznietos con los que disfruta siempre que puede, pese a la distancia de algunos de ellos. Isabel y Miguel Ángel son los hijos de su hijo Miguel, y Encarnita es de María. Los tres biznietos se llaman Vicki, Clara y Raphael. La abuela Isabel cree que «ahora existe demasiada libertad entre los jóvenes» y asevera que «la juventud en mis tiempos estaba muy reprimida».

De la tierra que la vio nacer añora «el pan que hacíamos en el horno, también los dulces de Pascua, especialmente los mantecados que siempre hacíamos cuando llegaba la Navidad». En cuanto a la música de sus tiempos mozos por tierras lorquinas, recuerda sobre todo las jotas y parrandas que se bailaban en los cortijos.

Con motivo de su 100 aniversario, Isabel Martínez, ha recibido un emotivo homenaje por parte de las autoridades de Torredembarra, con el alcalde al frente, que se acercaron hasta su casa para agasajarla en tan señalado acontecimiento.

Isabel asegura que «fue una sorpresa. No me esperaba tanta gente, pues en la casa no cabíamos todos de tantos ramos de flores que me regalaron». A sus cien años de edad y con la mirada puesta en los 101, la abuela Isabel, disfruta de muy buena salud, come de todo y entre sus tareas cotidianas destaca el riego de sus plantas y el cuidado de los pájaros.