«En una hora y poco, abrieron cinco naves», asegura Antonio Jiménez, uno de los vecinos de Cuevas de Reyllo (Fuente Álamo) que en los últimos días ha sufrido un robo en su propiedad. «La noche que me robaron a mí, robaron a otros cinco», asegura. «A mí me quitaron todas las máquinas, las radiales, alargadores, dos bicicletas que tenía en el almacén, el teléfono móvil y hasta la furgoneta, que luego apareció en Corvera», relata este vecino a LA OPINIÓN.

Antonio Jiménez es uno de los hombres que integran las patrullas vecinales que, cada noche, salen a vigilar la zona, y que «de hace veinte días para acá», según calcula, han tenido que intensificar su actividad, dado que los delitos son constantes, asegura.

Los afectados han hecho hasta un grupo de WhatsApp para ir comunicándose en tiempo real si se da un asalto. Ya son más de ochenta personas. Han llegado a patrullar con escopetas, pero ya no lo hacen, porque la Guardia Civil les alertó sobre eso, confiesa Jiménez. «Yo no, yo no tengo licencia de armas», matiza.

«Por la manera que tienen de actuar, tienen que ir de 15 a 20» ladrones, creen los vecinos. Son violentos y peligrosos. «Hace cosa de tres o cuatro meses, a un vecino que tiene una finca se le metieron en la casa, y estaban su mujer, él y dos hijos, y a punta de pistola les robaron», manifiesta Antonio Jiménez.

Los vecinos piden más implicación por parte de Policía y Guardia Civil, ya que «nosotros no vamos a estar toda la vida» patrullando por las noches. «Estamos los que podemos, pero tenemos familias. Yo anoche (por el lunes) estuve hasta las tres de la mañana patrullando, porque esta mañana (por ayer) a las siete y veinte tenía que levantarme a trabajar», comenta Jiménez. En el pueblo «cada vez estamos más encendidos», remarca este vecino, al tiempo que destaca que las patrullas «ayudamos a la Guardia Civil. Cada vez que vemos una matrícula sospechosa, se la pasamos».