Sentarse a la mesa para paladear los mejores alimentos procedentes del Mar Menor es un placer al alcance de todos en cualquier época del año, pero que alcanza una dimensión todavía mayor cuando las altas temperaturas llaman a la puerta de la Región de Murcia para quedarse durante algunos meses. En ese momento se multiplica el número de personas que acuden a paraísos gastronómicos como el restaurante Mar de Sal, que desde hace más de un lustro tiene como costumbre brindar a sus clientes la oportunidad de disfrutar de la alta cocina en un entorno de singular belleza como el Parque de Las Salinas de San Pedro del Pinatar.

La comida que emana de la materia prima fresca que se guisa en sus fogones se convierte en el complemento ideal de un paraje rodeado por el Mar Mediterráneo y el Mar Menor. La atención prestada por un equipo humano que encabeza el dueño, Antonio Ballester, que desde el momento en el que un cliente pisa el local cuida hasta el más mínimo detalle para garantizar su bienestar, permite que las veladas, celebraciones y eventos que acoge en su seno tengan el éxito asegurado.

El pescado y el marisco que tanto caracterizan al municipio en el que se ubica el restaurante se mezclan magistralmente en una cocina al más puro estilo mediterráneo, reflejada en la totalidad de los platos que integran su extensa carta. Dentro de ella se pueden destacar, por ejemplo, los arroces y el caldero del Mar Menor, así como la caldereta de bogavante y el pulpo a la brasa, éste último acompañado en la mayoría de casos por una cerveza bien fría.

En Mar de Sal no solo es posible saborear las texturas de siempre. Su capacidad para sorprender se aprecia en la introducción de recetas nuevas, como la del arroz con pulpo y algas, cuyo impacto entre el público ha sido notable. Para rematar una sesión gastronómica envidiable se encuentran postres caseros como la tarta de queso, que pasa por ser uno de los más solicitados.

La llegada del verano se hace notar de forma especial por la mayor afluencia de personas. Durante los fines de semana, a partir de las once de la noche, también se habilita una ´zona chill out´ gracias al amplio jardín que hay junto al restaurante. Este espacio estará disponible todas las noches a lo largo del mes de agosto.

Fervor por la patrona

Cualquier día del periodo estival demanda que se redoblen esfuerzos para conseguir que el cliente lo encuentre todo a su gusto. Pero si hay una fecha que está marcada en rojo dentro del calendario es el 16 de julio, coincidiendo con la celebración de la romería marítima de la Virgen del Carmen. Un día especial para todos los pinatarenses que, como Antonio Ballester, propietario del restaurante, vivirán la jornada de mañana con toda la ilusión del mundo.

Las exigencias propias de un sector como el de la hostelería no impiden que los trabajadores de Mar de Sal puedan disfrutar del tributo que cada año por estas fechas se le rinde a la patrona. Ya sea por la mañana, antes de abrir el local; por la noche, o haciendo diferentes turnos... Siempre se encuentra un hueco para acompañar a la Virgen, que también está presente gracias a una foto que preside el restaurante a lo largo de toda la semana.

La devoción actúa como decorado de un intenso día de trabajo, en el que el goteo de clientes es constante, aún más si cabe que el resto de fechas del año, en las que los amantes de la buena comida no dudan en elegir al restaurante Mar de Sal como lugar de culto.