El Club Fútbol Sala Pinatar encontró la recompensa a una temporada en la que los buenos resultados se convirtieron en su mejor compañero de viaje. El ascenso a Segunda División B fue la rúbrica a un espectacular curso 2015-2016, que le coronó como uno de los nombres propios tras un bagaje en el que brillaron con intensidad las diecisiete victorias que subieron a su casillero tras la disputa de un total de veintiséis jornadas, en las que también tuvo tiempo de cosechar tres empates y seis derrotas. En total consiguió sumar 54 puntos que le permitieron convertir en realidad el objetivo por el que sus jugadores habían luchado desde el pasado mes de octubre.

El éxito del conjunto pinatarense permitirá que la Federación Murciana de Fútbol vuelva a contar con un representante en la tercera categoría del fútbol sala español, que en las últimas campañas se había quedado huérfana de equipos de la Región. Y así será gracias al trabajo de una plantilla que desde la pretemporada supo remar en la misma dirección para permitir subir un escalón más a la entidad presidida por Javier Fernández, que basa su proyecto en cuatro pilares fundamentales: la cantera, la formación de los entrenadores y técnicos, un primer equipo compitiendo en la máxima categoría nacional posible y el binomio compuesto por la afición y la masa empresarial, imprescindible para asegurar una progresión ascendente.

Encima de la mesa ya se encuentran algunos de los proyectos de futuro que aspira a acometer el club, que ya ha comenzado a realizar las gestiones oportunas con la mente puesta en cumplir con los requisitos exigidos para que el Club Fútbol Sala Pinatar pueda militar la próxima temporada en la competición que se ha ganado a pulso dentro de la cancha. El cuerpo técnico compuesto por Nacho Garrido e Iván Ruiz ya está trabajando en la elaboración de una plantilla competitiva que dé el máximo en la categoría de bronce. A la misma ya se han sumado, de momento, dos nombres: Paulo Marques Molina y Joaquín Semitiel.