­Laura Martínez Espinosa subió al escenario del parque de La Aduana con una misión: abrir el telón de una nueva edición de las Fiestas de San Pedro del Pinatar, el lugar que le vio nacer, crecer y evolucionar profesionalmente hasta convertirse en todo un referente cultural del municipio, donde dirige con éxito el prestigioso Ballet Kebanna.

Arropada por familiares, amigos y vecinos, leyó un pregón repleto de anécdotas y vivencias relacionadas con los barrios, costumbres y festejos de una localidad de la que solo tiene buenas palabras.

Así lo dejó claro explicando lo orgullosa que se siente de ser pinatarense y de formar parte de una familia que no perdió detalle de su lectura: «Un pueblo no solo es su entorno, a un pueblo lo hace su gente, las raíces de las grandes familias que con trabajo, esfuerzo, ilusión y humildad han hecho que San Pedro prospere y tenga una historia. Yo puedo decir llena de orgullo que pertenezco a una de esas familias, mitad Monterillas, mitad Medianoche».