La Guardia Civil, en el marco de la operación Matorral, ha desarticulado en los municipios de Jumilla y Molina de Segura una organización dedicada a la manipulación ilícita de centralitas de automóviles para reducir el número de kilómetros recorridos en vehículos de ocasión y así obtener un mayor beneficio en su venta. Se ha detectado la existencia de 120 víctimas de esta estafa en ocho provincias españolas.

En los tres registros efectuados en establecimientos de compraventa de vehículos de ocasión y talleres mecánicos de Jumilla, se ha detenido a tres personas e investigado a otra (empresarios y mecánicos del sector automovilístico) como presuntas autoras de delitos de estafa. Además se ha incautado un gran número de sofisticados dispositivos electrónicos utilizados para la manipulación de centralitas.

Las investigaciones comenzaron a finales del pasado año, tras recepcionar una denuncia en la que la víctima informaba de la adquisición de un vehículo de ocasión, cuyo cuentakilómetros estaba presuntamente manipulado, según informaron fuentes de la Benemérita en un comunicado.

Posteriormente se identificó a cuatro personas, dos empresarios de las localidades murcianas de Jumilla y Molina de Segura, uno de sus empleados (encargado de la contabilidad de la empresa) y el propietario de un taller mecánico, instalación utilizada para manipulación de los vehículos. Todos ellos estaban vinculados a un grupo empresarial dedicado a la compraventa y reparación de vehículos de Jumilla.

Modus Operandi

Uno de los empresarios adquiría los vehículos a bajo precio de empresas nacionales de renting de Madrid y Bilbao. Se trataba de automóviles usados como taxi o para uso corporativo de empresas, que contaban con un elevado número de kilómetros recorridos, por lo que su precio era reducido. Estos vehículos presentaban un aspecto y prestaciones inmejorables ya que su antigüedad era inferior a tres años, por lo que, en algunos casos, no tenían que ser sometidos a la Inspección Técnica de Vehículos y no existía un control real sobre los kilómetros recorridos.

El empresario, con el apoyo de un especialista en electrónica y mecánica del automóvil, utilizaba sofisticados medios técnicos para acceder a las centralitas de los vehículos y manipular el kilometraje recorrido. En ocasiones rebajaba la tasa de kilómetros hasta en un 80 por ciento, lo que aumentaba considerablemente su valor de venta. Uno de los vehículos manipulados marcaba inicialmente 253.000 kilómetros y fue vendido tras su manipulación con 11.500 kilómetros.

Se ha analizado un listado con cerca de 350 vehículos adquiridos por el principal investigado y se ha detectado la manipulación de al menos 120 de ellos. En total podrían haber reducido alrededor de 14 millones de kilómetros de los vehículos manipulados y puestos a la venta y se estiman beneficios que rondarían los 200.000 euros.

El análisis de la documentación contable desprende también que el dinero en efectivo, en concepto de reserva o entrega de llaves, era recibido por uno de los ahora detenidos y no constaba posteriormente en las facturas de venta, lo que acredita también irregularidades en la facturación.

Colaboración con estaciones de ITV

Durante las distintas fases de la operación, la Guardia Civil ha contado con la colaboración de las Delegaciones Provinciales de ITV de la Región de Murcia y de las provincias de Barcelona y Albacete, así como de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (GANVAM).

El kilometraje es un elemento esencial en la compraventa de un vehículo, en la medida en la que se vincula con el estado de conservación del mismo y con su precio en el mercado de ocasión, determinando de ese modo las prestaciones que fundamentalmente puede el comprador esperar de él.

La manipulación del cuentakilómetros para 'inflar' el precio de un automóvil es el timo más habitual en la compraventa de coches de segunda mano y supone, además, un mayor riesgo de averías y puede resultar incluso peligroso para la seguridad vial.

Técnica conocida en el argot como 'afeitar un vehículo'

Este tipo de trampa, conocido en el argot policial como 'afeitado', deja consecuencias nefastas no sólo a los compradores, que deben pagar más por un vehículo o afrontar más reparaciones de las debidas, sino para la propia seguridad vial e incluso para el medio ambiente, ya que se disparan las emisiones derivadas de la carburación dado el aumento de vida del vehículo "trucado", causando un grave perjuicio, además, en la imagen del propio sector de la venta de vehículos de ocasión.

Los arrestados, españoles, de entre 39 y 68 años, son vecinos de las localidades murcianas de Jumilla y Molina de Segura han sido, junto con los objetos incautados y las diligencias instruidas, puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Jumilla.

La operación continúa abierta, por lo que no se descartan nuevas actuaciones y detenciones, así como la existencia de más víctimas de la actividad delictiva destapada.