Francisca Moreno cumplió en abril 69 años y lleva los últimos diez reclamando que el ayuntamiento de Moratalla le arregle el molino que le rompió haciendo unas obras. Hasta el punto que, después de denunciar ante la Guardia Civil (en 2006) y obtener un compromiso de la Alcaldía (en 2011) de que se le subsanaría el daño, a día de hoy se ve obligada a ir a los tribunales, ya que, según asegura, sigue sin soluciones.

La mujer es propietaria de las Casas Rurales Molino Benizar, destinadas al turismo rural. Según consta en la denuncia de la señora ante la Benemérita, a la que ha tenido acceso LA OPINIÓN, las obras de la polémica consistieron «en la reparación de un camino» que había encima de la casa rural.

«Con motivo de las lluvias acaecidas en la zona» allá por noviembre de 2006, «dichas aguas entraron en el interior del molino, ocasionándole diversos daños». «El molino se ha resquebrajado todo como consecuencia de dichas obras», explicó entonces la afectada en su reclamación.

Francisca aseguró entonces que jamás había tenido problema alguno únicamente porque lloviese. Que el conflicto era consecuencia, detalló, de aquellas obras. El molino dañado es del siglo XIX y está en las inmediaciones del Calar de Benizar, junto a una cascada procedente de la Fuente de Arriba. En concreto, fue construido allá por 1890 y renovado en 1993. La casa rural anexa se puso en marcha un año después, allá por 1994.

Este periódico también tuvo acceso a la Memoria Valorada elaborada por el Consistorio, en septiembre de 2006, en la que se describen las obras que se realizaron, que ocasionaron la ruina funcional del Molino de Benizar, según su propietaria. En este texto se puede leer que se preveía la reposición de los tubos de impulsión de agua, «sin que hasta la fecha se hayan repuesto», denuncia Francisca Moreno.

Los trabajos se justificaron, según el Equipo de Gobierno de aquel entonces, porque supondrían «una mejora en la accesibilidad de la pedanía».

En 2009, tres años después de la primera denuncia de Francisca, un ingeniero de Caminos, Canales y Puertos se personó en el lugar y constató por escrito que habían aparecido grietas. «La capacidad portante de las paredes laterales y suelo ha estado garantizada hasta la construcción de un camino superior, el cual ha sido ejecutado por el Ayuntamiento, que, debido al paso de vehículos, ha supuesto un aumento de las cargas en las paredes laterales», se lee en el informe, al que accedió este diario.

Añade que «los daños causados suponen la ruina funcional y estructural de la edificación».

En diciembre de 2011, el entonces alcalde de Moratalla, Antonio García, respondía al Defensor del Pueblo (interesado por el caso) que se iba a arreglar el camino de la discordia.

En mayo de 2013, el ayuntamiento de Moratalla emitía un informe técnico en el que admitía que «las obras consistieron en la excavación por medios mecánicos en tierra compacta para la mejora del camino», y que «las tierras procedentes de la excavación se utilizaron de relleno a lo largo del camino». En el mismo informe se detallaba que «existe en el Ayuntamiento un proyecto denominado Mejora de formes y aceras en Moratalla y pedanías, redactado por la Oficina Técnica Municipal y adjudicado por un importe de 65.173,73 euros. Dichas obras contemplan, entre otras actuaciones, la mejora del citado camino con grava-cemento. Su uso final será exclusivamente peatonal».

Fuentes judiciales dijeron a LA OPINIÓN que el Ayuntamiento fue condenado en julio de 2014 a ejecutar los trabajos de reposición de los tubos de descenso del agua en el plazo de tres meses, aunque, aseguraron, aún no se ha arreglado nada.