Los campos de Cieza están a punto de quedarse sin producción. Es la consecuencia directa de la fuerte helada que el pasado mes de febrero acabó con más del 30% de la fruta extra-temprana que se produce en el municipio. Lo ha adelantado el responsable del sector de fruta de hueso de Fecoam y presidente de la cooperativa La Vega de Cieza, Pascual Hortelano, que además ha indicado que, colateralmente, miles de jornaleros van a dejar de trabajar los próximos días.

Esto supone aproximadamente la pérdida de más de 20 días de trabajo y el inevitable aumento de las listas del paro en la Vega Alta a partir del próximo mes de julio. Hortelano ha significado que, al margen de la fruta perdida, «hay otras que estaban en 'botón rosa' y que en principio no se habían visto afectadas pero que una vez cuajadas se ha observado que estaban deformadas, rajadas o maduradas de manera irregular». Para el cooperativista, «ha sido una campaña muy atípica y rara, con menos de 150 horas de frío intenso y con un alargamiento de la floración en casi tres meses por los altibajos en las temperaturas».

Mención aparte merece la producción de paraguayos, una fruta en alza en los últimos años pero que, también por la anormalidad del clima, miles de kilos se han rajado 'en hueso' y no se han podido aprovechar, destinándose a consumo animal. «Este es un año de estudio y del que se va a hablar por su particularidad», apuntó Hortelano, que cree que el sector «va a quedar en tablas este año y no va a ganar dinero, puesto que a falta de fruta, lo normal es que el precio subiera, pero este año está sucediendo lo contrario».

Respecto a la salida que la fruta podría tener en el mercado chino, Hortelano y la organización a la que representa no lo ven claro. «Tenemos que ver cifras, puesto que los costes del transporte en avión, el único medio en el que se puede trasbordar, son muy elevados. Hay que estudiarlo porque existen otros mercados, como Qatar o Arabia Saudí, que a priori podrían ser más rentables», explicó.

Agricultores damnificados

La gran mayoría de personas que trabajan la tierra en la comarca de Cieza no tiene a la agricultura como negocio y sí como oficio. Aún así, son muchos los millones de kilos que se producen y miles los puestos de trabajo que se crean. «El agricultor, que por regla general es previsor, siempre tiene un colchón en el que apoyarse ante la llegada de un año como este. Sin embargo, sabemos que cientos de personas se ven muy damnificadas cuando una adversidad meteorológica merma su trabajo», añade Hortelano.

Por eso, el sector quiere hacer un llamamiento a las diferentes administraciones públicas para que actúen cuando exista un problema como el que se ha dado este año, habilitando partidas económicas tanto para paliar los daños como para poder emplear en otros menesteres a los jornaleros.