El Comité de Garantías de Ciudadanos en Barcelona ha desestimado el recurso que los ediles de la formación naranja en Molina de Segura presentaron contra el expediente de expulsión abierto por la dirección regional por dar su apoyo a la investidura de la alcaldesa socialista, Esther Clavero.

Así lo anunció ayer su portavoz, Estanislao Vidal, quien, lejos de arredrarse, ya ha adelantado que recurrirá dicha decisión ante los tribunales de justicia ya que, según denuncia, no se ha tenido en cuenta ninguna de las alegaciones presentadas, con las que los ediles de C's en Molina intentaron convencer al Comité de Garantías en Barcelona de que la dirección regional estaba al tanto de la decisión de dar su apoyo al PSOE en caso de que el PP no diera la alcaldía a Ciudadanos, como estaba pactado.

«Hasta la noche antes del pleno, tanto el coordinador regional, Mario Gómez, como el secretario de acción institucional, Antonio Puche, estuvieron con nosotros» en la reunión convocada para decidir la estrategia a seguir en dicho pleno, convocado tras la dimisión del anterior alcalde, el popular Eduardo Contreras, al ser imputado por un presunto delito de prevaricación por el juzgado que investiga la permuta de unos terrenos para la construcción de una escombrera municipal, que finalmente no se hizo.

Vidal asegura que hicieron «lo mejor para Molina» y critica que la dirección nacional «ha preferido dar más crédito a lo que dice el PP y a Ciudadanos de la Región de Murcia que a lo que han dicho sus afiliados en Molina», según declaraciones recogidas por Onda Cero Murcia.

Por ello anuncia que llevará «ante los tribunales de justicia tanto a Albert Rivera como a Fran Hervías (secretario de Organización de Ciudadanos) y a todos aquellos que han participado en este proceso». «Vamos a enseñar a todo el mundo qué clase de partido es Ciudadanos», añade Vidal, que denuncia la existencia de «una cúpula mafiosa» que mueve los hilos dentro de Ciudadanos y está consiguiendo, a su juicio, acabar con la democracia interna lo que desembocará «que el partido caiga en el saco del olvido».