El municipio de Lorca fue uno de los primeros de la Región donde empezó a funcionar la, entonces, conocida como Guardia Municipal y, actualmente, Policía Local. Los primeros datos de los que se disponen se remontan al año 1865, fecha en la que se constituyó la primera Guardia Municipal, hace de ello más de 150 años.

En 1910 había en Lorca un jefe de la policía, dos sargentos y 18 guardias que se dedicaban a hacer cumplir las ordenanzas y la vigilancia en la circulación para que todo discurriera con normalidad. Ciento seis años después, el cuerpo de la Policía Local tiene una plantilla de 131 personas «con varias unidades especializadas en distintas funciones que trabajan de forma coordinada con óptimos resultados», según el actual jefe, Juan Amorós Sánchez, que lleva en el cargo 31 años de su vida.

A principios de la década de los años 60 del siglo pasado comenzaron a funcionar en Lorca los serenos, según Amorós. El sereno era quien vigilaba durante la noche las calles, viviendas y el núcleo urbano en general e incluso «algunos eran los encargados de encender y apagar las luces de la ciudad para evitar que hubiera riñas y peleas y, si las había, eran los encargados de avisar a los cuerpos de seguridad», cuenta Amorós.

Por aquellas fechas había en Lorca un jefe de la Guardia Municipal, dos cabos, 22 guardias, 7 urbanos y 16 serenos. Estos últimos, a partir de 1986 pasaron a ser miembros de la Guardia Municipal, desapareciendo como tales.

Regalos en mitad de la calle

Era habitual que cuando llegaban las fechas navideñas, los vecinos dejaran sus regalos cuando pasaban junto a los urbanos. Era tal el número de obsequios que recibían que en el año 1985 se optó por suprimir el lugar donde se depositaban, pasando a dejarlos en las dependencias de la Policía. Constituía un auténtico espectáculo la gran montaña de obsequios que se acumulaban junto a los guardias urbanos llegando a ser incluso peligroso para la circulación.

Para el jefe de la Policía Local de Lorca «se trata de detalles que tenían los vecinos reconociendo la labor que desempeñaban los urbanos a lo largo de todo el año». Todo ello, según Amorós, se traduce ahora en felicitaciones y escritos a la Policía Local, aunque todavía se reciben algunos regalos.

Hace 30 años, según Amorós, «las infracciones más frecuentes eran el entorpecimiento de la circulación, no circular por la derecha o detenerse en las curvas o la doble fila». Actualmente, añade, «han cambiado los motivos de las infracciones. Hay más aparcamientos disuasorios en Lorca para no tener que dar vueltas a la ciudad, existe el servicio ORA y hay varios aparcamientos subterráneos».

Amorós se muestra convencido de que las rondas que se están construyendo eliminarán los atascos y harán el tráfico más fluido. Como dato a tener en cuenta, hace unos años, por la avenida Juan Carlos I y calle Lope Gisbert, circulaban en un solo sentido durante una hora 1.300 vehículos de media en horas punta, cifra que poco a poco ha disminuido por la desviación del tráfico por la Ronda Sur y avenida de Santa Clara.

En el año 2010, según el jefe del cuerpo, el número de vehículos implicados en accidentes de tráfico fue de 1.147, cifra que cuatro años después se ha reducido hasta los 1. 115 debido, en gran medida, a que ha aumentado la seguridad tanto en las vías urbanas como en los propios vehículos.

Unidades especializadas

La Policía Local de Lorca cuenta con varias unidades especializadas en ámbitos de la seguridad como atestados, tráfico, vigilancia y seguridad ciudadana. La Uescarm es una unidad especializada cuyos componentes velan por la seguridad de los vecinos en pedanías, mientras que la Unidad Bravo hace lo mismo en el centro urbano. Además está la Uprol, que actúa en todo el término municipal en colaboración con la Guardia Civil, los centros territoriales y la Unidad Administrativa.