El dueño del café-bar Mil Ocho, José Antonio García Valero, no se lo creía cuando recibió la llamada de la oficina de lotería de Beniel para comunicarle que había ganado un segundo premio: "Anda, déjate de bromas", le espetaba incrédulo al lotero. Pero no era ninguna inocentada: tuvo que escuchar la grabación de la retransmisión del sorteo y, al poco, la llamada de un cliente para que José Antonio fuera consciente de la gran alegría: su número de Lotería Nacional, que reparte desde hace 25 años en su establecimiento, había sido agraciado con 1.200.000 euros.

Los cien boletos del 74 308 se habían expendido íntegramente a los clientes abonados del Mil Ocho. El número procedía de la administración 11 de Murcia, conocida como El Gato Negro, que volvía a dar un segundo premio de la Lotería Nacional del sábado. Y es que hace un mes -el pasado 23 de enero- El Gato Negro entregaba 2,5 millones de euros en la ciudad de Murcia.El Gato Negro entregaba 2,5 millones de euros

Ahora la fortuna sonreía a "unos noventa vecinos" de Beniel, según los cálculos de José Antonio García, quien dilucidaba que es un premio repartido, pues muchos de los afortunados lo compartían a medias. Recibirán por cada décimo 9.600 euros ´limpios´, si se aplica la reducción tributaria de Hacienda por premios de Loterías. "Y a quien no le ha tocado, le habrá rozado con un primo, un familiar o un vecino", añadía.

Todos los agraciados son fieles parroquianos del local de la calle Nicolás de las Peñas. Algunos son asiduos incluso desde su fundación, en 1971, como así lo aseguran Ángel y Carmen, un matrimonio que toma café a diario y pasa "muchas horas" en la también cafetería, y que ayer corrían entusiasmados a relatarles a sus dos hijos la feliz noticia.

No era ayer un sábado cualquiera: mientras el salón se iba llenando de comensales, la ventanilla del Mil Ocho se agolpaba de exultantes vecinos, quienes, galardonados o no con un décimo, abrían litros de cerveza y brindaban. Algunos descubrían la noticia en la barra de la mano del propio José Antonio, como Rafael, que acababa de saber que había logrado 12.000 euros y que compartirá, eso sí, con sus dos cuñados. Otros, como Mariano, que invitaba a la obligada ronda a sus amigos, conocían la buena nueva en la misma calle, cuando se encontró con su eufórica madre, Amparo.

Nunca había tocado "nada" en el local que regenta José Antonio junto con su esposa, Maxi, desde que falleció su padre en 2011, "en la noche de los terremotos de Lorca". Desde hace 25 años se abonaron a un número que siempre acabó en 08 y que desde "hace siete y ocho años" era el 74 308. "Hoy se trabaja muy a gusto", comentaba José Antonio. "El premio viene de dulce a un bar frecuentado por gente trabajadora y humilde". ¿Y qué harán sus dueños con los 18.000 euros por su boleto y medio premiado? "Liquidaremos parte de la hipoteca", aunque uno de sus dos hijos, universitarios ambos, ya avisaba con un capricho: un coche.

A la hora de comer todavía faltaban premiados por aparecer. Pero la felicidad ya se había adueñado del Mil Ocho. Lo describía Alejandro. "No me ha tocado nada, pero soy agente inmobiliario: imagina la alegría que supone para mí saber que unos cien vecinos tienen dinero disponible en el bolsillo para comprar una vivienda".