La empresa española Graphenano, con sede en Yecla, y su socia china Chint darán trabajo a 7.000 personas gracias a una ampliación para fabricar baterías de grafeno, un nanomaterial formado por carbono puro que servirá para usos diversos. Dicha ampliación requerirá una inversión total de 350 millones de euros.

El presidente de Graphenano, Martín Martínez, informó la pasada semana de que la fabricación va a ser posible gracias a la aportación del Grupo Chint, una multinacional china especializada en las automatizaciones, la generación eléctrica y la producción de placas solares.

El proyecto de industrialización de las baterías tiene dos fases. La primera, en la que se han invertido 30 millones de euros, permitirá la construcción de 20 líneas de fabricación en la planta de Yecla que fabricarán 80 millones de celdas al año.

La primera línea ya está lista, empezará en marzo, y para junio está previsto que funcionen 5, que irán incrementándose hasta esas 20.

La segunda fase conllevará una inversión de 350 millones de euros para hacer la fábrica más grande, lo que posibilitará emplear a 7.000 personas y que, en 2019, se alcance un pico de facturación que calculan que oscilará entre 3.000 y 4.000 millones de euros.

Camino a la autosuficiencia

El grafeno es un nanomaterial formado por carbono puro, con átomos dispuestos en patrón regular hexagonal, similar al grafito y cuyas características son la dureza, la flexibilidad y la elasticidad.

Es transparente, posee una altísima conductividad térmica y eléctrica, es ligero y genera electricidad al ser alcanzado por la luz.

Las baterías Grabat, que mostró el presidente y consejero delegado de Graphenano, Martín Martínez, la pasada semana están dirigidas al hogar -para que sea autosuficiente- a los vehículos eléctricos (tanto automóviles como bicicletas), a los drones o incluso a los marcapasos o teléfonos móviles, tal y como indican en la propia web de la compañía.

Los vehículos del futuro

En el caso de la del automóvil ha destacado que la tecnología que emplean no se puede comparar con la actual de litio, ya que aunque esta última tiene una densidad de energía de 180 Wh/kg «no es real».

La de Grabat, que se va a fabricar en Yecla a partir de marzo, tiene una densidad de 1.000 Wh/kg, un voltaje de 2,3v y cuando ha sido analizada por los organismos independientes TV y Dekra no ha explotado, como puede suceder con una batería de litio. Además, tras ser cortocircuitada ha vuelto a funcionar con un 60 % de la carga, según Martínez.

Según el presidente, tiene un potencial «enorme», ya que la velocidad de carga y descarga es de 100 C, mientras que la de una de litio es de 3C.

Esto se traduce en que, si la red eléctrica lo permitiese, se podría cargar un vehículo en 5 minutos, con el que se podría rodar -en el caso de un utilitario- 800 kilómetros, frente a los 400 kilómetros que ofrece un Tesla o los 250 kilómetros de un Nissan Leaf o un Renault Zoe. Incluso se podría llegar a alcanzar una autonomía superior a los 1.000 kilómetros, dependiendo del coche. En el caso del utilitario el peso de esa batería no llegaría a los 100 kilos, dijo.

El directivo destacó que la batería de grafeno es modulable, por lo que están trabajando con varios fabricantes de vehículos y de aviones, como Airbus, para que puedan adaptarla a sus productos y fijar la autonomía y la capacidad de carga y recarga que quieren.

Del precio señaló que es similar al de una batería de litio, porque lo que interesa es que sea rentable y se pueda comercializar para que suponga la «tercera revolución industrial».

Su vida útil es 4 veces superior a la de una de litio y la carga puede ser inductiva.

Para el desarrollo de las baterías Grabat han colaborado con las universidades de Córdoba y de Ciudad Real. La destinada al hogar tiene una potencia de 24 kW.