Aún sigue en el aeropuerto madrileño de Barajas esperando poder coger un vuelo que la lleve hasta donde hará transbordo para coger otro avión a Filipinas, pero sigue con el susto en el cuerpo: "Ha habido un momento que creía que iba a morir", confiesa esta profesora.

"Me he enterado de la amenaza de bomba cuando he llamado a mi madre porque aquí nadie nos decía nada. Nos tratan como si fueramos culpables. Nos han hecho una ficha, nos han cacheado y hasta nos han hecho pruebas caligráficas", explica María José Cánovas González, una joven de 32 años, natural de La Unión, que iba en el avión con destino a Arabia Saudí y que esta mediodía sufrió una falsa amenaza de bomba.

El aeropuerto decretó la alarma general a las 12.45 horas, después de recibir la comunicación de una amenaza de bomba por parte un comandante de Saudi Airlines (Saudia). La alerta se decretó después de que en el avión se hallara una nota clavada con un cuchillo del servicio de catering que decía "amenaza de bomba" en inglés. El vuelo SVA 226 tenía prevista su salida a las 10.54 desde Madrid hasta Riad, según informó Aena. Afortunadamente, la Guardia Civil no ha hallado explosivos en el avión.

María José, que es profesora en el colegio Vicente Ros de Cartagena, acaba de entrar en la terminal 4s de Barajas, donde cogerá un vuelo de la compañía Fly Emirates a las nueve de la noche. Va a pasar ocho semanas en Filipinas, Vietnam y Thailandia en un viaje de placer porque ha cogido un año de excedencia.

"Hoy era el primer día de un viaje alucinante, pero ha sido tremendo. Nos han dicho que corriéramos y hemos salido en tropel del avión. Yo me he hecho daño en el cuello y varias personas se han tirado por la colchoneta de emergencia", explica.

Después de cachear a los pasajeros "nos han conducido a dos salas difererentes para dividirnos entre europeos y extracomunitarios, y allí hemos pasado más de seis horas. Ni siquiera la Guardia Civil que custodiaba la sala nos decía que había pasado", dice.