«No debí haberlo hecho. Lo hice para tenerlo para mí. No le pedí permiso, es el único error que he cometido». Así se expresaba ayer Ángel B. S. M. durante el juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial. El hombre está acusado de agredir sexualmente a una joven cuando ella tenía 15 años de edad y él 32. El fiscal pide para Ángel B. S. M., que ahora cuenta con 37 años, un total de 12 años de prisión: 9 por agresión sexual y tres más por distribuir pornografía infantil.

Los hechos ocurrieron en Alcantarilla, en el año 2010. El procesado contaba ante el juez que a la joven le unía «una relación de amistad, de rollo». «Nos veíamos todos los fines de semana en la discoteca. Luego yo iba para su casa, ella para la mía, o a casa de nuestra familia», manifestó. Preguntado por la diferencia de edad entre ambos, el acusado aseveró: «Para el amor no hay edad».

Ángel B. S. M. aseguró que su «error» fue hacerle fotos a la joven después de mantener sexo con ella, en un momento en el que, afirma, la chica estaba dormida.

«Ya habíamos mantenido relaciones sexuales estando ella despierta», comentó. «Ella, cuando salíamos a la discoteca se perdía, estaba con unos y con otros. Lo único que hice mal fue hacerle las fotos, las relaciones fueron consentidas», remarcó, al tiempo que subrayó que tomó esas fotos para luego recordarle a la chica que sí había mantenido relaciones sexuales con él.

Por su parte, la víctima, que ahora tiene 21 años, declaró tras un biombo y negó haber mantenido una relación afectiva con el acusado. «Era mi amigo. Yo lo tomaba como un amigo de verdad. Yo quiero que pague por lo que ha hecho», destacó.

Preguntada por el presidente de la sala sobre si quiere que Ángel ahora le dé una indemnización en metálico por lo que supuestamente hizo, la chica respondió: «No sé... Si se puede... sí».

Además, la víctima admitió que entró junto a dos amigos a casa del procesado a robar el ordenador. Al hacerlo, vio que «había un ´puñao´ de fotos de chicas. Y fotos mías, porque se veían mis bragas, y yo reconozco perfectamente cuáles son mis bragas», contó.

También explicó a la sala que ella tenía entonces un novio, del que se queda embarazada. «Yo perdí a mi hija y se acabó la relación», relató. «Yo bebía». Preguntada por si lo hacía hasta el punto de perder la conciencia, admitió que sí. Añadió que muchas veces, tras emborracharse, se quedaba a dormir, con más amigos, en la casa de Ángel B. S. M.

«Cuando vi las fotos, me quedé sorprendida. Yo no sabía nada de eso. Iría... mal», afirmó la joven.