Comienza 2016, pero haciendo un repaso a este 2015, Caravaca ha vivido el Año Jubilar Teresiano, y además afrontará esta etapa preparatoria coincidiendo con el Año de la Misericordia.

Con respecto a la celebración de Año Teresiano, hemos podido completar a una mujer de Dios; la figura de Teresa de Jesús no ha perdido actualidad. Una mujer que entendió la voluntad de Dios como principio vital. Santa Teresa, de alguna forma, ha conseguido activar a la ciudad, ha ido muchísima gente en busca de su encuentro. He podido vivir momentos muy emocionantes como cuando tuve en mis manos la Cruz de Caravaca que la Santa tuvo en sus manos en el momento de partir hacia la casa del Padre. Hasta el final de sus días nos estuvo dando lecciones, ella caminó agarrada a la Cruz del Señor. Una Cruz que inspiró a la Santa y ojalá que en este año de preparación del Jubilar, la Cruz de Caravaca nos inspire a nosotros.

¿Qué supone para la Diócesis iniciar este etapa preparatoria en el día del bautismo del Señor?

No creo en las casualidades, sino en las obras del Señor. Es perfecto que haya coincidido un año de preparación del Jubilar con el Año de la Misericordia, ambas realidades van unidas, ya que si nos aproximamos al misterio de la Cruz y de la Misericordia, encontramos una dimensión de amor. Este año debemos de abrir el corazón, especialmente a los más necesitados.

La familia resulta muy importante en este año preparatorio.

En la felicitación de Navidad de este año, invitaba a todos a que mirásemos a la Sagrada Familia haciendo una oración a esas tres personas. A María le pedía que cuidara la familia. A José le pedía que nos defendiera de todo mal, una figura que aunque a nuestro juicio esta en un segundo plano, tiene una función primordial, haciendo posible la vida familiar con su trabajo. José, que ha sido un trabajador, que ayude a que terminen las dificultades para los chicos que no han encontrado su primer trabajo y para los mayores que han tenido problemas y que en este momento se encuentran en una situación grave. A Jesús le pedía que nos ayudara a que podamos construir este mundo desde la verdad, con honradez y con capacidad de servicio.

Hablando del Niño, este año también se pone de manifiesto la Casa Cuna de Sucina.

En este año hemos puesto como objetivo potenciar la Casa Cuna de Sucina. La Diócesis puso en marcha una casa de acogida para madres embarazadas, que está abierta a todo el mundo para ayudar a esas personas con dificultades y que el embarazo sea viable. Además durante el tiempo que están en la residencia tendrán cursos de formación. También tenemos guardería, ya que a veces llegan acompañados de otros hijos. Ahora estamos muy contentos, ya han nacido varias criaturas y se nos ha quedado pequeña. Un gran objetivo para el Año de la Misericordia.

El Año de la Misericordia con la apertura de la Puerta Santa es un momento importante para abrir las puertas de las iglesias.

El papa Francisco nos está ayudando en este sentido, porque pone las cosas en la esencia de la vida, no en los adornos externos. El papa lo que quiere es que nos quitemos todas las fachadas, las caretas. Lo que quiere es que seamos nosotros mismos y que en ese momento descubramos la luz de Cristo. El papa nos pide que abramos las puertas del corazón, ya que la Iglesia ha abierto sus puertas.

¿Este Año Preparatorio nos ayudará a entender cuál es el mensaje de Cristo en la Cruz?

Ese es el mensaje de este Año Preparatorio. El peregrino que va a Caravaca, va al encuentro de la Cruz, pero no es una Cruz desnuda, no es una Cruz donde se ve la sangre de los mártires o del que ha muerto condenado. En este caso, la Cruz que se ve es donde ha estado clavada la salvación del mundo. Ahí ha estado dando la vida por nosotros El Salvador.

Esa preparación irá acompañada por el apoyo de las instituciones, ¿cómo se valora desde el Obispado este esfuerzo?

Agradezco el esfuerzo, especialmente el trabajo que está realizando la Cofradía, ya que tiene el deber de velar para que no se pierda la esencia de lo que significa un Año Jubilar. Además, tengo que agradecer los esfuerzos que realizan las instituciones regionales y locales, ya que todo lo que están haciendo para que Caravaca sea conocida es bienvenido. Todos debemos luchar para que no se pierda la dimensión religiosa, la capacidad de encontrarnos con la Cruz.

Otro de los actos dentro de este Preparatorio será la presentación de las reliquias de San Juan Pablo II, algo que unirá definitivamente a la Ciudad Santa con quién concedió el Jubileo.

Cuando piensas en la figura de San Juan Pablo II te vienen a la cabeza muchísimas cosas, sobre todo la juventud, con quien tuvo una relación excepcional. Juan Pablo II trajo un viento de primavera a la Iglesia y al mundo, porque fue realmente un huracán.

Siempre se ha pedido que el papa visite Caravaca.

El papa tiene el universo como frontera y tanto las dificultades como las posibilidades que puede tener son enormes. El papa Francisco es intrépido, generoso, entregado y no tiene fronteras tampoco. Ojalá que fuera posible.