Vertivega, el colectivo ciudadano que lleva años denunciando la contaminación generada en la pedanía de La Murada, entre Abanilla y Alicante, y que según todos los informes se debe a las basuras tanto del vertedero de Proambiente como de las miles de toneladas de desechos sin tratar que se enterraron bajo campos de cultivo -lo que es objeto de una investigación judicial en Orihuela-, ha pedido a los responsables de Medio Ambiente de Murcia y Valencia que aborden las soluciones de forma conjunta y no cada uno por su lado habida cuenta de que con unas cubas bombeando lixiviados no se resuelve el gravísimo problema ecológico que se viene sufriendo desde hace años. De hecho, la propuesta que está puesta sobre la mesa es realizar un cultivo bacteriológico como solución drástica y efectiva, como se ha hecho en otros lugares con problemas parecidos, como la Albufera de Valencia o el embalse de Flix.

Lo cierto y verdad es que la propuesta llega cuando la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad Valenciana ya ha admitido que, tras haber bombeado 200.000 litros, «los niveles de lixiviados en las zonas de actuación se redujeron a finales de la semana pasada, pero se recuperaron durante el fin de semana, motivo por el cual la Consejería ha iniciado un estudio de otras medidas más eficaces que posibiliten rápidas actuaciones en caso de necesidad. Cabe recordar que esta acción se adoptó con carácter de urgencia. No obstante, la rápida recuperación de los niveles requiere de otras medidas complementarias a corto plazo».

Según Vicente Pérez Basantas, portavoz de Vertivega, el nivel freático se recupera porque ni tan siquiera la administración sabe a qué problema se está enfrentando: «Se deberían haber hecho una serie de catas para saber de cuánta agua tóxica estamos hablando, pero la solución no pasa por unas cubas y descontaminar el líquido que emana en las estaciones depuradoras de Molina de Segura, Raal o Crevillente, como se está haciendo. Como se recordará, la Comunidad de Murcia está realizando su labor gracias al aval que en su día entregó Proambiente para el caso de que el proyecto de regeneración que planteaba no se cumpliera, como así paso. En cambio, en la Comunidad Valenciana se está haciendo con fondos públicos pero, por lo visto hasta ahora, con muchos menos medios de los necesarios.

El cultivo de bacterias para este fin es la única solución válida para Vertivega a tenor de cómo están marchando los trabajos. «El problema no se resuelve con una fotografía de dos hombres trabajando con una cuba, aquí hay que actuar», dice Pérez Basantas.

Cumbre a dos bandas

Mañana hay prevista una reunión entre los responsables de medio ambiente de Murcia y Valencia para tratar, precisamente, una solución conjunta. «Nosotros hemos hablado con los ayuntamientos de Abanilla y de Orihuela y con las respectivas consejerías que deben tener claro cuál es la solución». Vertivega considera que, para algunas cosas, la Generalitat aún no es consciente del problema al que se enfrenta.

«Lo que se ha sacado de esas balsas es tóxico y no lo decimos nosotros, lo dicen los informes periciales, hasta siete, que se han realizado por la Policía. Eso es basura orgánica en descomposición, con 57.000 de conductividad, amonios y otras sustancias, es cierto que no hay una gran cantidad de metales pesados, aunque sí se han localizado.

El problema no sólo se presenta en el vertedero de Proambiente donde un cultivo bacteriológico podría ser la solución, también hay que resolver qué hacer con los cultivos bajo los cuales hay miles de toneladas de basuras enterradas, según los informes del juzgado.