Los tiempos administrativos van lentos, muy lentos, desesperadamente lentos. En julio de 1979, Francisco Sánchez Bautista en una carta dirigida a la alcaldía de Fortuna, escribía: «Fortuna y sus amables hijos han calado tanto en mi obra, que hay quien cree que yo he nacido en esa tierra». Antes, a mediados del pasado siglo, el poeta había escrito allí, en los doce años en los que estuvo trabajando en la localidad como funcionario de Correos, cinco libros de poesía, el primero de los cuales, Tierras de sol y de angustia, retrataba unos parajes inhóspitos «donde el sol es casi todo el año un ascua abrasadora, donde el cielo asusta de tan azul», y conmovido, Sánchez Bautista, que venía de su lugar de nacimiento, Llano de Brujas, cuajado de huertos y frutales, le deseaba al pueblo de acogida en su dedicatoria «un caudaloso río más grande y más azul que el cielo».

Hoy Fortuna sigue teniendo un clima tremendamente cálido y seco, como corresponde a su situación geográfica, pero las aguas del mini trasvase de Ascoy-Sopalmo y las del acueducto Tajo-Segura -al menos en la parte baja del término municipal-, han suavizado su perfil y lo han acercado al de cualquier otra pequeña población mediterránea. Por no faltarle, hasta tiene también una enorme urbanización fantasma, cuyo esqueleto se alarga varios cientos de metros, como testigo mudo de la quimera del oro de una época, «de la avaricia insaciable de unas gentes sin decoro» de la que ya nos alertó el poeta años atrás en alguna de sus coplas satíricas.

Todos los estudiosos de la obra de Sánchez Bautista coinciden en resaltar la influencia decisiva que han tenido las gentes y el paisaje fortuneros en su obra poética. «Fortuna es la cuna de mi poesía», había dicho él en una entrevista reciente en el periódico local. Y es verdad que ese paisaje y ese paisanaje fueron el manantial que le ayudó a alumbrar sus libros posteriores, plenos de hondura poética: Voz y latido, Elegía del Sureste, A modo de glosa, y Cartas y testimonios. Y gracias a esos cinco libros -y a otras muchas referencias poéticas en el resto de su obra- hoy día se conoce a Fortuna en numerosas universidades españolas y extranjeras. Y el poeta se ha convertido, junto con el balneario de Leana y las inscripciones latinas de la Cueva Negra (los Tituli Picti de la época altoimperial romana) en un referente ineludible de la ´marca Fortuna´.

Así que el ayuntamiento de Fortuna puso en marcha en octubre de 2014 la concesión del título de Hijo Adoptivo de la Villa para Sánchez Bautista, al que se adscribieron de inmediato decenas de entidades públicas y privadas, y numerosos ciudadanos de toda índole y condición. Y un año después se ha culminado el proceso. En un doble acto. Primero en la casa consistorial, donde en un pleno extraordinario se adoptó por unanimidad el dictamen de la comisión informativa de Cultura concediendo al poeta el galardón propuesto. Milagrosamente (gracias, poeta) todos los portavoces de los grupos municipales, PP, PSOE, Ciudadanos y Ganar Fortuna aparcaron sus diferencias y pugnaron en resaltar los méritos de Sánchez Bautista y en el reconocimiento de su obra.

Y después de firmar en el Libro de Oro del Ayuntamiento, vino la segunda parte (la más interesante, como es costumbre): el poeta, acompañado por la corporación municipal se desplazó a una céntrica plaza, engalanada para la ocasión, y abarrotada de público. Y allí tuvo lugar el homenaje organizado por La Voz de Fortuna, en cuyo nombre, Antonio Pérez Gracia presentó el acto, agradeciendo la asistencia a todos, en especial a los venidos de fuera de la localidad, entre los que se encontraban compañeros poetas de Sánchez Bautista, representantes de entidades de ámbito regional, tales como Francisco Calvo García-Tornel, presidente de la Real Academia de Alfonso X el Sabio, y Patricio Hernández Pérez, presidente del Foro Ciudadano, Manuel Bravo Martínez, de la asociación cultural que lleva el nombre del poeta en Llano de Brujas, y muchos otros. Terminó su breve alocución haciéndose eco de una propuesta del exsenador Adolfo Fernández que pedía al Ayuntamiento que se le diera el nombre del poeta a la plaza donde se desarrollaba el acto, palabras que fueron ratificadas mediante un gran aplauso por parte el público.

A continuación, José Luis Martínez glosó la relación de Sánchez Bautista con Fortuna, a través de pasajes de la vida del poeta y de versos relacionados con su pueblo de adopción. Vino luego el momento cumbre del acto, la lectura de una selección de poemas, que reflejaban toda la riqueza de la obra del poeta, desde la poesía social y comprometida a la satírica, pasando por la amorosa y la elegíaca. Los lectores fueron nueve personas en las que se quiso representar la variedad de gentes de la Fortuna actual: estudiantes (Manoli Espinosa y Vanesa Gomariz), profesoras (Sonia Ortega y María López), jubilados (Miguel Fenoll y Paco Belda), un empresario (Paco Pagán), un poeta (Cecilio Hernández) y un sacerdote (Ginés Pagán). Todo ello amenizado por la música de cuerda de Ardem Cuartet, que interpretó diversas obras clásicas y actuales.

La lectura por Vanesa Gomariz del último de los poemas, A Teresa, con la música de fondo de la canción-plegaria, Signore delle cime, de Bepi de Marzi, y la entrega de un ramo de flores a Teresa González, mujer de Sánchez Bautista, dio rienda suelta a la emoción y a las lágrimas.

Para terminar, el concejal instructor del expediente de nombramiento Miguel Romero leyó el acuerdo recién adoptado concediendo el título de Hijo Adoptivo. Título que grabado en una bella acuarela, obra del artista local David Morant, le entregó el alcalde, José Enrique Gil Carrillo, al poeta entre los aplausos del público. Uno y otro edil glosaron en sus intervenciones los méritos de Sánchez Bautista. Finalizó el poeta agradeciendo el galardón a la corporación actual y también a la anterior -que puso en marcha el expediente de concesión- del título, a La Voz de Fortuna, al público asistente y a todo el pueblo del que, manifestó, «siempre se había sentido hijo».

En definitiva, sesenta años más tarde y ocho alcaldes después, el poeta ´recupera´ la ciudadanía fortunera, de la que ya disponía por méritos propios, pero que ahora acredita un acuerdo de la Corporación Municipal adoptado por unanimidad y un título de Hijo Adoptivo, en la que el alcalde de Fortuna certifica con su firma que «el poeta siempre ha llevado en su corazón y en su recuerdo a nuestra tierra».

Por eso, a nadie de los presentes en la plaza le extrañó que el Ardem Cuartet terminara interpretando Yesterday, de The Beatles, pues era como si fuera ayer, cuando un joven poeta recién casado con Teresa, su fiel compañera y musa, deambulaba por las callejas de un pueblo que el tiempo y un mal llamado progreso hacen hoy día casi irreconocibles. La lentitud de la administración, que tantas veces denunciara Mariano José de Larra en el siglo XIX, había hecho el milagro de volver atrás en el tiempo, solo que ahora a Francisco Sánchez Bautista y a su mujer le acompañaban sus hijas, sus amigos y sus vecinos de toda la vida. Y Fortuna, como ya nos había pronosticado hace dos años Pedro Soler, Cronista Oficial de la Ciudad de Murcia, saldaba, «en medio del gozo de un pueblo (?) una deuda pendiente que el paso del tiempo había dejado en el silencio, más que en el olvido».