Mañana, jornada grande de San Isidro, los muleños despertarán con el sonido ´Los kemaos´, una tradición recuperada desde hace unos años y en la que varios músicos recorren las calles despertando a los vecinos al ritmo de la música. Un ritmo que ya no decaerá en toda la jornada, primero con los bailes típicos y después con el gran desfile de carrozas.

El momento previo al desfile es un hervidero de actividad, en las carpas festeras y en cualquier rincón del municipio se ultiman los preparativos para entrar al recorrido. La decoración de las carrozas con motivos típicos huertanos, los embutidos, bocadillos, la bebida bien fría y los últimos retoques en los trajes antes de echarse a la calle a disfrutar del festejo.

Las medidas de seguridad en torno al desfile y a los carros que van remolcados por tractores estarán supervisados en todo momento por la Policía Local con la supervisión de Protección Civil, así, todos los carros deberán ir protegidos por cañizo, portar extintores y seguros en regla, así como diversas medidas de seguridad para evitar accidentes.

Al finalizar el recorrido por las calles del pueblo, las carrozas se ubicarán en dos espacios diferenciados, por un lado el parque Cristóbal Gabarrón donde deberán apagar los equipos de sonido y disfrutar de la verbena que se ha preparado para la ocasión, y por otro lado, el descampado donde se ubica el recinto ferial y donde las carrozas podrán disfrutar de su propia música. A pesar de que tradicionalmente se pedía a San Isidro que trajera la lluvia para los campos, esta ocasión los muleños prevén que el buen tiempo, que se espera para los próximos días, acompañe y engrandezca unos festejos que gozan de una gran tradición y seguimiento.