El alcalde, Lázaro Mellado afirmó, ayer que «asumo y reconozco el error» de la plaza de Cayitas y anunció su remodelación después de ocho años de quejas vecinales, decenas de mociones contrarias, acumulación de suciedad, cristales rotos, desperfectos, y un reguero de denuncias por accidentes, con obligadas indemnizaciones.

La plaza de Cayitas era diáfana, tenía árboles, bancos de madera y presentaba un aspecto más cercano a un jardín que a una plaza. Pero cuando llegó la vorágine del cemento y la burbuja inmobiliaria el Ayuntamiento acometió una reforma integral por valor de 1'5 millones de euros que coloreó la plaza de gris hormigón y cristal futurista de metacrilato que adornó la fotografía de inauguración en vísperas de las cruciales elecciones de 2007.

Pero el espejismo duró apenas unos meses, ya que las deficiencias empezaron a aflorar: el acero se enrobinó, el cristal de desportilló, y la rampa que dejó atónitos a los vecinos por su inutilidad y, sobre todo, su peligrosidad, se cobró sus primeros accidentes.

Ahora, ocho años después y en vísperas de otras elecciones municipales, el alcalde reconoció en el Pleno Municipal de ayer que «nos equivocamos», y anunció una remodelación por valor de 184.573 euros. «Se mejorará la accesibilidad y seguridad peatonal, se ampliará la zona de juegos infantiles al doble de la actual, las zonas verdes se respetarán en la medida de lo posible, se repararán las zonas y elementos deteriorados. También se eliminarán escaleras y zonas de pendientes pronunciadas, lo que hará posible una mayor facilidad de uso por parte de los ciudadanos», según informan fuentes municipales.