José Miguel Ríos Carrasco, el hombre que asesinó a sus tíos octogenarios -ella, impedida y postrada en una cama- ha sido condenado a penas que suman 36 años de prisión por dos delitos de asesinato con la atenuante de drogadicción y la agravante de abuso de confianza.

El acusado deberá indemnizar a los dos hijos de los fallecidos con 30.000 euros, junto con los intereses legales, según se recoge en la sentencia dictada por el magistrado-presidente del jurado y a la que ha tenido acceso Efe.

La sentencia absuelve a Ríos Carrasco del delito de robo con violencia porque el jurado declaró probado que se llevó joyas de sus tíos, pero que no lo hizo con ánimo de enriquecimiento injusto, sino para encubrir los asesinatos y para aparentar que el móvil había sido la sustracción de objetos de valor.

En el relato de hechos probados se recoge que estos ocurrieron el 6 de diciembre de 2012, en la vivienda en la que residían los fallecidos, ubicada en Santiago de la Ribera (San Javier, Murcia).

Al joven le fue franqueada la puerta por su tío, J.A.R., que tenía 82 años, y con el que inició una discusión en el transcurso de la cual le arrebató el cinturón de la bata que llevaba puesta y lo estranguló.

Acto seguido hizo lo mismo con su tía, J.M., de 83 años, que se encontraba impedida en una cama y que no tenía posibilidad alguna de defensa.

Antes de abandonar la vivienda, se apoderó de los anillos de los fallecidos, entre otras joyas que recogió en la casa.

La sentencia señala que los hechos son constitutivos de dos delitos de asesinato, cualificados por la alevosía con la que actuó el procesado.

Y añade que este era conocedor no solo de las limitaciones físicas de sus tíos, sino, también, de que estos estaban solos cuando llegó a la casa, ya que por la hora en que lo hizo sabía que la mujer que los cuidaba no estaría allí.