Desilusión. Eso es lo que ayer sintieron cientos de festeros de Cieza que no pudieron dar luz y color al gran desfile fin de Fiestas, suspendido por la abundante lluvia registrada durante toda la tarde.

La Comisión de las Fiestas del Escudo La Invasión se mantuvo reunida hasta las siete de la tarde dilucidando la decisión final, que se creyó la más conveniente dada la lluvia y también el intenso frío.

Y es que la mayoría de actos que estaban previstos para toda la jornada quedaron suspendidos, a excepción de la escenificación de la 'Liberación de los rehenes', aunque el acto tuvo que celebrarse en el interior de la Ermita de San Bartolomé y no en la plaza como es tradicional.

El embajador cristiano, encarnado este año por el presentador Antonio Hidalgo, fue el encargado de pagar a Abu-L-Hassan, el rey moro, con monedas de oro la liberación de los ciezanos que fueron retenidos durante la invasión. También se celebró, igualmente en el interior de la ermita de San Bartolomé, un bautizo frontero.

Según el presidente de estas celebraciones, que cuentan lo sucedido en Cieza en el siglo XV, la llegada de visitantes este año ha sido menor debido al mal tiempo. No obstante, la Comisión de Fiestas ha hecho un buen balance de participación a pesar de los tiempos de crisis que atravesamos.