La crisis puede servir para recuperar la dieta mediterránea y alimentarnos mejor. Al menos así lo entiende Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia, que participó ayer en Lorca en los actos organizados por el Campus Mare Nostrum con motivo del Día Mundial de la Alimentación.

En el acto de inauguración, que se celebró en el parador nacional con el lema ´Las cooperativas agrarias alimentan al mundo´, también estuvieron los rectores de las universidades de Murcia y Cartagena, José Antonio Cobacho y José Antonio Franco, respectivamente, y el alcalde de Lorca en funciones, Francisco Montiel.

Garaulet señaló que uno de los grandes retos de la nutrición y la alimentación es «transmitir a la población que se puede adelgazar siguiendo la dieta mediterránea, comiendo lentejas, garbanzos o habichuelas, con los platos de toda la vida, y que no hay que hacer dietas extraordinarias y raras para conseguir este objetivo».

Además, añadió que «la crisis, en otros países, viene acompañada por una degeneración de la alimentación, ya que la gente no tiene dinero y compra patatas fritas en bolsas grandes, bebidas gaseosas gigantes y hamburguesas». La doctora destacó la importancia de regular el horario de las comidas y el sueño y señaló que «podemos cambiar nuestros genes comiendo mejor y estando más sanos».