­Los vecinos que tienen sus viviendas cerca del vertedero de Abanilla y que han denunciado enterramientos ilegales de residuos sólidos urbanos en fincas agrícolas de la pedanía oriolana de La Murada la llaman ´la finca chica´, pero tiene 5,8 hectáreas (58.000 metros cuadrados), según los datos del catastro. En los documentos que maneja el Juzgado de Instrucción 3 de Orihuela se refieren a ella como Los Sigüenza –otros la llaman Los Randeros– y según el Instituto de Medicina Legal hay enterradas en ella hasta 105.000 toneladas de residuos sólidos urbanos.

Nada de eso –ni la investigación judicial, ni las catas que realizó el Seprona, ni la certificación de que el sustrato está rellenado con basuras– disuade a sus dueños de plantar en ella árboles para previsiblemente comercializar sus frutos, algo que escandaliza a la plataforma vecinal Vertivega, que se está encargando de denunciar públicamente y en el juzgado los supuestos enterramientos ilegales de basuras procedentes del vertedero de Abanilla, propiedad del empresario oriolano Ángel Fenoll –implicado en el caso Brugal–.

El representante legal de la empresa propietaria de esta tierra fue llamado a declarar en calidad de imputado por la jueza, pero nadie le ha prohibido en los últimos días instalar el riego por goteo y plantar árboles pese a los resultados del informe de un ecotoxicológico forense que el juzgado recibió el 26 de abril, según el registro de entrada del documento. La conclusión era clara: «La implantación de un vertedero incontrolado de residuos sólidos urbanos en las fincas Los Corrales y Los Sigüenzas supone un riesgo de gravedad para el equilibrio de los sistemas naturales y la salud de las personas expuestas, por lo que debiera procederse a la retirada de los residuos depositados para su tratamiento en un vertedero debidamente autorizado, así como a la restauración de los terrenos afectados».

Dos metros bajo tierra

Las catas en las que se basaba este informe las realizó el Seprona de la Guardia Civil en diciembre de 2011 con maquinaria prestada por el ayuntamiento de Orihuela. En esta finca se encontraron residuos al menos a dos metros de profundidad, pero también se analizó otra, del mismo propietario, que tiene 10,5 hectáreas y basuras enterradas al menos a seis metros, arrojando una estimación de 283.500 toneladas de residuos «escondidos» bajo tierra.

Ese otro terreno, la ´finca grande´ o Los Corrales está plantada de cítricos. El concejal de Medio Ambiente de Orihuela, Manuel Culiáñez (Los Verdes) señaló hace unas semanas que la intención es desvelar dónde se ha enterrado basura para que la sospecha no recaiga sobre todos los agricultores.