«No hay ni una persona que sepa todo el daño que me han hecho», se lamenta José Antonio Cutillas. Médico de profesión, el verse implicado en una supuesta trama de corrupción ha mermado su salud y ha puesto en tela de juicio su profesionalidad como facultativo. «La relación doctor-paciente se basa en la confianza. Hasta tal punto llegó la situación que tuve que reunir a mis pacientes y explicarles que no soy un corrupto», dice. Además, cree que detrás de todo este asunto «hay una mano negra, por no decir azul, que quiere hacernos daño a mí y a mi familia». Cutillas sigue pensando que alguien le tiene que resarcir «de estos malos momentos, de pasar noches enteras sin dormir y de no querer pisar ni la calle». Aún se pregunta por qué siguió incluido en la lista negra de la investigación policial «a pesar de no haber conocido a Ángel Fenoll ni haber tenido relación con él», ni tampoco figurar como concejal en el periodo investigado. i. l. m.