A los pies del Castillo de La Atalaya de Cieza se encuentra el despoblado hispanomusulmán más importante de la Península Ibérica. En su época de máximo esplendor (siglo XII y principios del siglo XIII) contaba con unos 4.000 habitantes y estaba constituido por 787 viviendas. Esta ciudad musulmana se encontraba en el corazón de la Cora de Tudmir, en el Reino de Murcia. La alcazaba tenía dos recintos amurallados, el inferior o albacar, destinado a la protección de la población, y el superior o celoquía, en la zona más inexpugnable que constituía el bastión defensivo.

En el año 1243 pasó al Reino de Castilla por la Capitulación de Alcaraz ante el rey Fernando III, representando a su hijo el príncipe Alfonso, que pasaría a la historia más tarde como Alfonso X El Sabio. En el año 1281 la villa con su castillo pasa a la Orden de Santiago. Con el tiempo vino el despoblamiento y la ciudad se trasladó a su emplazamiento actual a orillas del río Segura.