Una niña de siete años permanece ingresada en el hospital Virgen de la Arrixaca tras ingerir un vaso de lavavajillas que el propietario de un bar de Alcantarilla confundió con agua.

Los hechos sucedieron el pasado viernes, cuando una niña de 7 años jugaba junto al resto de niños de su edad en una zona de juegos infantiles de la localidad, a la que acuden frecuentemente los pequeños junto a sus madres a pasar las tardes. Como es costumbre, la niña pidió un vaso de agua en un bar y la propietaria se lo ofreció de una botella que tenía abierta. Lo último que podía imaginar es que ese recipiente no contenía el líquido que iba a calmar la sed de la pequeña, ya que su marido lo había rellenado antes con detergente.

Cuando la pequeña lo ingirió, pronto se dio cuenta de que no era agua, no sólo por el sabor, sino porque comenzó a sentir cómo le ardía la garganta. Inmediatamente fue trasladada a la Arrixaca, donde se recupera desde el viernes de quemaduras en el esófago. Actualmente se encuentra estable, está consciente y habla y se comunica con sus familiares regularmente.

Un fatal descuido

Llenar botellas de agua con detergente u otras sustancias tóxicas es una de las imprudencias más comunes entre los accidentes domésticos que cada año se producen en España. En el caso del ocurrido el viernes, varias fueron las circunstancias que condujeron a que una niña bebiera un vaso de lavavajillas confundiéndolo con agua.

En primer lugar, el limpiador era incoloro, lo que lo hacía fácilmente identificable con el agua; máxime cuando se encontraba en una botella de este tipo, no en su envase original. Esa fue la segunda circunstancia desgraciada que condujo al accidente, ya que el continente del lavavajillas es una garrafa de gran tamaño, lo que llevó al propietario a verter parte del líquido en una botella de agua, mucho más manejable.

Cuando la niña acudió al bar, el hombre estaba atendiendo a los clientes, por lo que fue su mujer quien la atendió, desconociendo lo que previamente había hecho su marido.