Hace falta algo más que un gran espíritu aventurero para enfrentarse a las bravas y enfurecidas aguas del río Segura a su paso por el Cañón de Almadenes. Ni siquiera vale tampoco con las ganas. Para navegar por el Segura más salvaje, enfrentándose a sus grandes remolinos y turbulencias, es necesario tener una preparación física considerable. Sin duda que los 75 participantes, llegados de diferentes puntos de España y que ayer sábado realizaron el XXV Descenso del Cañón de Almadenes en Balsas Rústicas, cuentan con esa preparación.

Fue un descenso rápido y veloz gracias a las abundantes lluvias de este año, que han hecho que este paradisiaco lugar ciezano presente su mejor aspecto. Tras la concentración habitual en el polideportivo Mariano Rojas, los participantes se trasladaron a Calasparra, desde donde comenzaron a descender por el río con los arrozales calasparreños como principal perspectiva. A mediodía llegaron a la presa de la Mulata y, tras un pequeño refrigerio, comenzó la aventura.

Hasta hace dos o tres años, los participantes tenían que realizar a pie el descenso por el Cañón, convirtiendo el acontecimiento prácticamente en una prueba de barranquismo. Sin embargo, ahora que ya llueve, las balsas rústicas –llamadas así porque están hechas artesanalmente con neumáticos de camión–, vuelven a deslizarse sin problemas por Almadenes. Ayer, 20 embarcaciones realizaron esta travesía de algo más de 4 kilómetros en tan sólo una hora y media.

Afortunadamente, los únicos problemas que ayer sufrieron los participantes se cuentan por ligeras magulladuras o roces en la piel. Eso gracias, en parte, al gran despliegue de medios que la OJE de Cieza, entidad que organiza la prueba, realiza para garantizar la seguridad. Y es que son alrededor de un centenar de personas los que se encargan de esa seguridad entre especialistas en buceo de la Guardia Civil, voluntarios de la Cruz Roja, de la Red de Radio de Emergencia (REMER) y del Radio Club Charlie Mike de Cieza. A ellos hay que sumar la labor logística de los propios miembros de OJE.

Y tras la aventura, llega el descanso para participantes y colaboradores. Éstos hicieron noche en el camping de Los Losares, junto al Cañón, y desde primera hora de esta mañana está previsto que realicen el último tramo del Descenso hasta el puente de Hierro de Cieza. Pero eso sí, esta vez de manera relajada, sobre aguas más tranquilas y disfrutando del bellísimo paisaje que el Segura y el bosque de ribera proporciona por estas latitudes.