El destino de 156 cabras de una finca del paraje del Cagitán de Cieza depende de una firma. Su futuro está pendiente de que la dirección general de Ganadería de la Comunidad Autónoma otorgue a su propietario la autorización necesaria para vender el centenar y medio de cabras de las que dispone y a las que no puede cuidar.

Es lo único que quiere Artemio Castillo Candel, a quien pertenecen los animales, que pastaban en una finca que tenían cedida a un pastor de la zona a través de un contrato de arrendamiento que se rompió hace unas semanas. Desde entonces, el propietario ha intentado por todos los medios que su ex inquilino se llevara el ganado, pero sin éxito. Ahora, Artemio Castillo asegura que la operación para la venta de las 156 cabezas a un ganadero de Elche de la Sierra está prácticamente hecha, pero se resiste la firma del departamento de Veterinaria de la consejería de Agricultura y Agua, "ya que sin ese trámite, que garantiza el buen estado de salud de los animales, no se puede formalizar la venta".

Castillo asegura que no puede mantener el ganado ni un día más. "Contraté a una persona hace 17 días para que se hiciera cargo de los animales, pero esto se está alargando mucho, yo no puedo pagar 50 euros todos los días a esta persona", dijo el propietario, que ha dado de plazo hasta este fin de semana. "Si antes del domingo no llega la autorización de venta, que consiste solamente en hacer un análisis de sangre a los animales, los soltaré y los echaré al monte con todo el dolor de mi corazón", explicó el propietario.

Del asunto está también pendiente la Sociedad Protectora de Animales de Cieza, entidad que ha alertado del peligro que corren estos animales si finalmente son abandonados a su suerte. "No podemos permitir que se suelten las cabras, porque son animales que sólo saben vivir en cautividad y morirán", dijo una portavoz de la Protectora, que no descarta poner el asunto en manos de los juzgados.