'Aguilas y los ingleses'. Así se llama el segundo libro de una colección de cuatro que Antonio Hernández Moreno piensa publicar sobre la llegada de los ingleses a Águilas a finales del siglo XIX y principios del XX.

Atraídos por el esparto y después por la minería, una colonia entera de ingleses se trasladó a este municipio para hacer negocios. El autor cuenta que falsamente se piensa que los ingleses llegaron a Águilas para "llevarse el mineral y el esparto y sacar tajada", algo con lo que él no está nada de acuerdo. Es más, Hernández Moreno reivindica el gran legado que los ingleses dejaron en infraestructuras y desarrollo social, algo de lo que "ya queda poco en Águilas", se lamenta el autor.

Lo curioso del caso es que este investigador, que se dedica a la educación musical, no tenía ninguna intención de escribir sobre su tierra, sino que pretendía hacerlo sobre la relación que el ballet ruso tiene con España. Y, trasteando en los Archivos Nacionales del Reino Unido, se encontró de repente con unos documentos inéditos que hablaban de Águilas y decidió que no podía dejarlos allí sin más, como unos documentos sin importancia. Así que apartó sus investigaciones sobre el ballet ruso y empezó a tirar de otro hilo. "Mientras, el ballet ruso se está aguantando las ganas de ir al baño", dice el autor riéndose. Y es que ese descubrimiento fortuito que Hernández Moreno siguió "por amor a la patria chica" ya ha dado dos libros y piensa dar otros dos más: uno sobre la demarcación de las minas del municipio entre 1870 y 1936 y otro sobre exportación, minería y ferrocarril.

Pero un libro no se hace en dos días. El autor ha estado investigando sobre el tema durante años y no sólo ha consultado el Archivo Nacional del Reino Unido. Los archivos españoles y, sobre todo, la hemeroteca de Murcia, le han servido también de mucho.

Y, por fin, mañana se presenta el libro en el hotel Don Juan, en Águilas, a las ocho de la tarde. Pero Hernández Moreno no va a estar solo: las bisnietas de dos de los personajes más importantes del libro, Georges Lee Boag y Edmund Sykes Hett, estarán también allí.

Don Jorge, como era conocido Georges Lee Boag en Águilas, fue el director de la Compañía de Ferrocarril de Lorca a Baza y Águilas y, además, el editor de 'El Boletín', una revista mensual que pretendía mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los ferroviarios. Y es que trabajar en un tren no era sinónimo de incultura en absoluto. De hecho, según cuenta Antonio, su abuelo cogía los domingos la enciclopedia Salvat y se ponía a leer.

Por otro lado, Edmund Sykes Hett fue el ideólogo del ramal de Águilas en el tramo de ferrocarril que iba de Murcia a Granada, la clave de que el municipio se convirtiera en el final de la citada línea y, además, en la sede de la compañía, algo que se tradujo en un gran desarrollo tanto social como económico.

Y es que 'Águilas y los ingleses' no es un simple libro: es la historia de toda una vida.