El presidente Donald Trump ha visitado Las Vegas después de la peor matanza de la historia de Estados Unidos, que vuelve a poner el foco sobre el problema del control armas. "No vamos a hablar hoy de la violencia de las armas. Esto fue obra de una persona enferma y demente", ha afirmado tras visitar a las víctimas en un hospital y de elogiar el trabajo de los policías.