Ni el riesgo ni el vértigo frenan a los numerosos aventureros que han encontrado el plan perfecto para los días de calor en verano: saltar desde las rocas más altas directos al agua. El objetivo es divertirse, refrescarse y vivir una experiencia llena de emociones y adrenalina entre la naturaleza. Cada año más gente se une a esta práctica. Los lugares preferidos son las pozas en ríos, pantanos, embalses o las zonas más abruptas y empinadas de la costa. Aunque no todo es diversión: bañarse en estos lugares puede ser peligroso y hasta causar la muerte de los más atrevidos que no tienen las destrezas ni los conocimientos necesarios para saber si las pozas son del todo seguras. Así lo explica Daniel José Aragón, responsable de comunicación de Cruz Roja en Mazarrón, que afirma que el mayor problema es que la gente no es consciente de que, al saltar desde una gran altura a una velocidad considerable, el impacto será muy duro. «La energía que se empieza a crear en el impulso del salto y que va ganando potencia en los dos o tres metros que hay hasta el agua genera una sensación parecida a tirarse sobre un suelo de hormigón. Por eso, hay que saber gestionar esa energía para caer bien y no lesionarte». Por otro lado, explica que es muy importante la forma en la que nos precipitamos. «La manera en la que nos impulsamos y posicionamos nuestro cuerpo es clave. Es importante recordar cuando te enseñan a tirarse desde una piscina; como por ejemplo, no hacerlo de cabeza o tener cuidado con el bordillo» manifiesta Aragón. Uno de los peligros de estas zonas es que acostumbran a ser lugares perdidos en la naturaleza y están alejados de la civilización, por lo que la asistencia médica normalmente tarda en llegar. Aragón aconseja «no ir nunca solos a estos sitios apartados, portar un teléfono o algún medio con el que puedas comunicarte en caso de emergencias y, si es posible, llevar un flotador, que, en caso de una mala caída, te mantenga fuera del agua y asegure que puedas seguir respirando». La Región de Murcia está llena de parajes naturales con idílicos paisajes en los que puedes pasear y darte un baño, pero la mayoría de estas zonas no tienen la vigilancia necesaria o pueden suponer un peligro para los bañistas.
Baños del Somogil
Ni el riesgo ni el vértigo frenan a los numerosos aventureros que han encontrado el plan perfecto para los días de calor en verano: saltar desde las rocas más altas directos al agua. El objetivo es divertirse, refrescarse y vivir una experiencia llena de emociones y adrenalina entre la naturaleza. Cada año más gente se une a esta práctica. Los lugares preferidos son las pozas en ríos, pantanos, embalses o las zonas más abruptas y empinadas de la costa. Aunque no todo es diversión: bañarse en estos lugares puede ser peligroso y hasta causar la muerte de los más atrevidos que no tienen las destrezas ni los conocimientos necesarios para saber si las pozas son del todo seguras. Así lo explica Daniel José Aragón, responsable de comunicación de Cruz Roja en Mazarrón, que afirma que el mayor problema es que la gente no es consciente de que, al saltar desde una gran altura a una velocidad considerable, el impacto será muy duro. «La energía que se empieza a crear en el impulso del salto y que va ganando potencia en los dos o tres metros que hay hasta el agua genera una sensación parecida a tirarse sobre un suelo de hormigón. Por eso, hay que saber gestionar esa energía para caer bien y no lesionarte». Por otro lado, explica que es muy importante la forma en la que nos precipitamos. «La manera en la que nos impulsamos y posicionamos nuestro cuerpo es clave. Es importante recordar cuando te enseñan a tirarse desde una piscina; como por ejemplo, no hacerlo de cabeza o tener cuidado con el bordillo» manifiesta Aragón. Uno de los peligros de estas zonas es que acostumbran a ser lugares perdidos en la naturaleza y están alejados de la civilización, por lo que la asistencia médica normalmente tarda en llegar. Aragón aconseja «no ir nunca solos a estos sitios apartados, portar un teléfono o algún medio con el que puedas comunicarte en caso de emergencias y, si es posible, llevar un flotador, que, en caso de una mala caída, te mantenga fuera del agua y asegure que puedas seguir respirando». La Región de Murcia está llena de parajes naturales con idílicos paisajes en los que puedes pasear y darte un baño, pero la mayoría de estas zonas no tienen la vigilancia necesaria o pueden suponer un peligro para los bañistas.
La poza Fuente Caputa
Ni el riesgo ni el vértigo frenan a los numerosos aventureros que han encontrado el plan perfecto para los días de calor en verano: saltar desde las rocas más altas directos al agua. El objetivo es divertirse, refrescarse y vivir una experiencia llena de emociones y adrenalina entre la naturaleza. Cada año más gente se une a esta práctica. Los lugares preferidos son las pozas en ríos, pantanos, embalses o las zonas más abruptas y empinadas de la costa. Aunque no todo es diversión: bañarse en estos lugares puede ser peligroso y hasta causar la muerte de los más atrevidos que no tienen las destrezas ni los conocimientos necesarios para saber si las pozas son del todo seguras. Así lo explica Daniel José Aragón, responsable de comunicación de Cruz Roja en Mazarrón, que afirma que el mayor problema es que la gente no es consciente de que, al saltar desde una gran altura a una velocidad considerable, el impacto será muy duro. «La energía que se empieza a crear en el impulso del salto y que va ganando potencia en los dos o tres metros que hay hasta el agua genera una sensación parecida a tirarse sobre un suelo de hormigón. Por eso, hay que saber gestionar esa energía para caer bien y no lesionarte». Por otro lado, explica que es muy importante la forma en la que nos precipitamos. «La manera en la que nos impulsamos y posicionamos nuestro cuerpo es clave. Es importante recordar cuando te enseñan a tirarse desde una piscina; como por ejemplo, no hacerlo de cabeza o tener cuidado con el bordillo» manifiesta Aragón. Uno de los peligros de estas zonas es que acostumbran a ser lugares perdidos en la naturaleza y están alejados de la civilización, por lo que la asistencia médica normalmente tarda en llegar. Aragón aconseja «no ir nunca solos a estos sitios apartados, portar un teléfono o algún medio con el que puedas comunicarte en caso de emergencias y, si es posible, llevar un flotador, que, en caso de una mala caída, te mantenga fuera del agua y asegure que puedas seguir respirando». La Región de Murcia está llena de parajes naturales con idílicos paisajes en los que puedes pasear y darte un baño, pero la mayoría de estas zonas no tienen la vigilancia necesaria o pueden suponer un peligro para los bañistas.
El salto del Usero
Ni el riesgo ni el vértigo frenan a los numerosos aventureros que han encontrado el plan perfecto para los días de calor en verano: saltar desde las rocas más altas directos al agua. El objetivo es divertirse, refrescarse y vivir una experiencia llena de emociones y adrenalina entre la naturaleza. Cada año más gente se une a esta práctica. Los lugares preferidos son las pozas en ríos, pantanos, embalses o las zonas más abruptas y empinadas de la costa. Aunque no todo es diversión: bañarse en estos lugares puede ser peligroso y hasta causar la muerte de los más atrevidos que no tienen las destrezas ni los conocimientos necesarios para saber si las pozas son del todo seguras. Así lo explica Daniel José Aragón, responsable de comunicación de Cruz Roja en Mazarrón, que afirma que el mayor problema es que la gente no es consciente de que, al saltar desde una gran altura a una velocidad considerable, el impacto será muy duro. «La energía que se empieza a crear en el impulso del salto y que va ganando potencia en los dos o tres metros que hay hasta el agua genera una sensación parecida a tirarse sobre un suelo de hormigón. Por eso, hay que saber gestionar esa energía para caer bien y no lesionarte». Por otro lado, explica que es muy importante la forma en la que nos precipitamos. «La manera en la que nos impulsamos y posicionamos nuestro cuerpo es clave. Es importante recordar cuando te enseñan a tirarse desde una piscina; como por ejemplo, no hacerlo de cabeza o tener cuidado con el bordillo» manifiesta Aragón. Uno de los peligros de estas zonas es que acostumbran a ser lugares perdidos en la naturaleza y están alejados de la civilización, por lo que la asistencia médica normalmente tarda en llegar. Aragón aconseja «no ir nunca solos a estos sitios apartados, portar un teléfono o algún medio con el que puedas comunicarte en caso de emergencias y, si es posible, llevar un flotador, que, en caso de una mala caída, te mantenga fuera del agua y asegure que puedas seguir respirando». La Región de Murcia está llena de parajes naturales con idílicos paisajes en los que puedes pasear y darte un baño, pero la mayoría de estas zonas no tienen la vigilancia necesaria o pueden suponer un peligro para los bañistas.
Saltos en Águilas
Ni el riesgo ni el vértigo frenan a los numerosos aventureros que han encontrado el plan perfecto para los días de calor en verano: saltar desde las rocas más altas directos al agua. El objetivo es divertirse, refrescarse y vivir una experiencia llena de emociones y adrenalina entre la naturaleza. Cada año más gente se une a esta práctica. Los lugares preferidos son las pozas en ríos, pantanos, embalses o las zonas más abruptas y empinadas de la costa. Aunque no todo es diversión: bañarse en estos lugares puede ser peligroso y hasta causar la muerte de los más atrevidos que no tienen las destrezas ni los conocimientos necesarios para saber si las pozas son del todo seguras. Así lo explica Daniel José Aragón, responsable de comunicación de Cruz Roja en Mazarrón, que afirma que el mayor problema es que la gente no es consciente de que, al saltar desde una gran altura a una velocidad considerable, el impacto será muy duro. «La energía que se empieza a crear en el impulso del salto y que va ganando potencia en los dos o tres metros que hay hasta el agua genera una sensación parecida a tirarse sobre un suelo de hormigón. Por eso, hay que saber gestionar esa energía para caer bien y no lesionarte». Por otro lado, explica que es muy importante la forma en la que nos precipitamos. «La manera en la que nos impulsamos y posicionamos nuestro cuerpo es clave. Es importante recordar cuando te enseñan a tirarse desde una piscina; como por ejemplo, no hacerlo de cabeza o tener cuidado con el bordillo» manifiesta Aragón. Uno de los peligros de estas zonas es que acostumbran a ser lugares perdidos en la naturaleza y están alejados de la civilización, por lo que la asistencia médica normalmente tarda en llegar. Aragón aconseja «no ir nunca solos a estos sitios apartados, portar un teléfono o algún medio con el que puedas comunicarte en caso de emergencias y, si es posible, llevar un flotador, que, en caso de una mala caída, te mantenga fuera del agua y asegure que puedas seguir respirando». La Región de Murcia está llena de parajes naturales con idílicos paisajes en los que puedes pasear y darte un baño, pero la mayoría de estas zonas no tienen la vigilancia necesaria o pueden suponer un peligro para los bañistas.
Ni el riesgo ni el vértigo frenan a los numerosos aventureros que han encontrado el plan perfecto para los días de calor en verano: saltar desde las rocas más altas directos al agua. El objetivo es divertirse, refrescarse y vivir una experiencia llena de emociones y adrenalina entre la naturaleza. Cada año más gente se une a esta práctica. Los lugares preferidos son las pozas en ríos, pantanos, embalses o las zonas más abruptas y empinadas de la costa. Aunque no todo es diversión: bañarse en estos lugares puede ser peligroso y hasta causar la muerte de los más atrevidos que no tienen las destrezas ni los conocimientos necesarios para saber si las pozas son del todo seguras. Así lo explica Daniel José Aragón, responsable de comunicación de Cruz Roja en Mazarrón, que afirma que el mayor problema es que la gente no es consciente de que, al saltar desde una gran altura a una velocidad considerable, el impacto será muy duro. «La energía que se empieza a crear en el impulso del salto y que va ganando potencia en los dos o tres metros que hay hasta el agua genera una sensación parecida a tirarse sobre un suelo de hormigón. Por eso, hay que saber gestionar esa energía para caer bien y no lesionarte». Por otro lado, explica que es muy importante la forma en la que nos precipitamos. «La manera en la que nos impulsamos y posicionamos nuestro cuerpo es clave. Es importante recordar cuando te enseñan a tirarse desde una piscina; como por ejemplo, no hacerlo de cabeza o tener cuidado con el bordillo» manifiesta Aragón. Uno de los peligros de estas zonas es que acostumbran a ser lugares perdidos en la naturaleza y están alejados de la civilización, por lo que la asistencia médica normalmente tarda en llegar. Aragón aconseja «no ir nunca solos a estos sitios apartados, portar un teléfono o algún medio con el que puedas comunicarte en caso de emergencias y, si es posible, llevar un flotador, que, en caso de una mala caída, te mantenga fuera del agua y asegure que puedas seguir respirando». La Región de Murcia está llena de parajes naturales con idílicos paisajes en los que puedes pasear y darte un baño, pero la mayoría de estas zonas no tienen la vigilancia necesaria o pueden suponer un peligro para los bañistas.