Los coches autónomos podrán conducir solos y llevarnos a cualquier lado manteniéndonos a salvo. Pero lejos de conformase con eso, el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) quiere que su comportamiento se adapte a nuestras emociones y estado de ánimo, para crear una experiencia a bordo todavía más satisfactoria y segura.

A través del proyecto SUaaVE –‘Supporting acceptance of automated Vehicle’-, el IBV estudia cómo humanizar el comportamiento del coche autónomo. Hacer que nos entienda y sepa si sentimos miedo, alegría, enfado, aburrimiento o angustia, pero también cómo anda nuestro nivel de concentración, atención o estrés. Es decir, ‘adivinar’ mediante las reacciones el estado mental, tanto cognitivo como emocional de los ocupantes.

Como señala José Solaz, director de innovación en Automoción y Movilidad del IBV, se trata del “desarrollo de vehículos empáticos que comprendan cómo se siente el pasajero, con altos niveles de automatización y capaces de responder a esos sentimientos teniendo en cuenta el entorno y el contexto. Este proyecto permitirá adaptar, por ejemplo, el modo de conducción de los vehículos autónomos para adaptarse a las necesidades del usuario, lo que aumenta la confianza en estos coches y, por tanto, su aceptación y éxito en el mercado”.

Si algún día esta tecnología logra implantarse en un coche autónomo, éste podrá “adaptar su modo de conducción. Por ejemplo, si está intentando ajustar tiempo para llegar al destino porque así se lo ha consignado el ocupante, puede informar que pasa a modo confort o buscar rutas más tranquilas. También puede modificar el ambiente interior (postura del ocupante, iluminación..) para inducir estados de mayor atención o relax”, nos cuenta Solaz.

Las pruebas con las que han evolucionado esta tecnología se han realizado en el HAV, un simulador de conducción dinámico y altamente inmersivo del IBV, en las que los participantes vivían la experiencia de viajar a bordo de un coche autónomo en diferentes escenarios, diseñados específicamente para provocar las emociones más representativas que pueden sentir los pasajeros y, de esta manera, poder analizar señales fisiológicas la expresión facial, la frecuencia respiratoria y cardíaca, o la sudoración”.

Un coche autónomo empático también servirá para incrementar su aceptación social, ya que creará una experiencia más humana y cercana. “Un vehículo empático que reconoce como nos sentimos actuaría como un chófer que condujese de un modo y otro en función de si nos mareamos o queremos ir más rápido, pero siempre con precaución”, añade el director de innovación en Automoción y Movilidad del IBV.

El proyecto “encara ya su fase final. Se están realizando un segundo ciclo de ensayos y se realizará una demostración de los sistemas en el mes de octubre”, comenta Solaz, a la vez que nos confiesa que “ya hay marcas que se han interesado por esta tecnología. De hecho en el consorcio participan marcas de vehículos y de tecnología que están altamente implicadas en el proyecto”.

Eso sí, su implantación no será antes de la llegada del Nivel 4 ó 5 de autonomía, donde el vehículo conduce sin necesidad de intervención humana. “Es difícil de prever cuando llegarán estos niveles”, señala Solaz. “Posiblemente veamos aplicaciones en zonas acotadas (dentro de un aeropuerto por ejemplo), carriles dedicados o funciones que van incorporándose poco a poco. La aceptación de los desarrollos Nivel 2 y Nivel 3 por parte de los usuarios es clave para saber si se irán un paso más allá".

José Solaz cree que “una de las principales trabas para llegada del coche autónomo es, como se ha abordado en el proyecto, la aceptación por parte del usuario de la cesión completa e incondicional del control al vehículo. Otra es la necesidad de una inteligencia artificial (IA) lo bastante entrenada como para abordar cualquier escenario que se le presente con solvencia. En ambas líneas existen iniciativas de I+D y desarrollo industrial que harán que pronto se materialice este nuevo tipo de movilidad”, apostilla.

La conducción autónoma ha dado un gran paso al frente con la integración del Nivel 3 en algunos modelos de Mercedes-Benzpara su uso en Alemania. Y tecnología como la que está desarrollando el IBV seguro que ayudará tanto a acelerar su llegada como a optimizar su funcionamiento cuando esté totalmente implantada en la sociedad.