Si hay algo que un amante del motor busca en un vehículo son las sensaciones. A veces éstas llegan a través de la pureza de los clásicos, de la potencia de coches deportivos, del viento y el sonido en un descapotable, o de un no se qué que es capaz de dibujarte una sonrisa en el rostro mientras conduces. Y eso es exactamente lo que transmite el Cupra Born, un coche urbano, eléctrico, versátil y no excesivamente potente… pero extremadamente divertido de conducir.

Así lo comprobamos durante la Cupra Snow Experience, unas jornadas en las que la firma española nos llevó hasta Rovaniemi, capital de Laponia en Finlandia, para pilotar este coche y el extremo Formentor VZ5 de 390 CV por caminos nevados y circuitos completamente congelados. Es cierto que en este contexto es difícil no divertirse, pero os podemos asegurar que exigimos al Born tanto como se merecía este viaje, y el eléctrico estuvo mucho más que la altura de la situación.

Prestaciones eléctricas

Concretamente el modelo que llevamos fue el Born tope de gama con el motor 204 CV, alimentado por una batería de 58 kW/h y optimizado con el paquete e-boost, que puntualmente amplía la potencia hasta los 231 CV. La excepcional puesta a punto del chasis que realiza Cupra en todos sus coches no es una excepción en este modelo, que cuenta con unos tactos de dirección, aceleración y frenada que nada tienen que envidiar a los coches de similares características con motores de combustión y sistemas de frenada clásicos.

Lo más complicado a la hora de crear un eléctrico es que éste tenga buenos tactos y un comportamiento que no se vea penalizado por el peso de las baterías. Hay que pensar que la frenada, por ejemplo, tiene dos etapas, ya que a la mordida de las pinzas le precede la regeneración que recarga las baterías. Y es muy complicado lograr que entre ambas etapas no existan cortes, para que sea una transición inapreciable. Además, muchas veces los eléctricos tienen un tacto blando y esponjoso en el pedal de freno, todo lo contrario que sucede en el Born como pudimos comprobar en un complejo ejercicio de frenada.

Eficacia dinámica

Es en experiencias como esta es cuando te das cuenta lo bien hecho que está este coche. Para frenarlo en estas circunstancias hacía falta un buen equipo de frenos, y pese a llevar tambor en las ruedas traseras, éstos detienen efectivamente el coche junto con los sistemas de ayuda a la conducción y seguridad de los que dispone. Es imposible tener una mejor base de pruebas que la Cupra Snow Experience para comprobar el buen hacer de la firma española, que ha logrado que un vehículo urbano, eléctrico y versátil como el Born, sea un coche divertido de conducir. Y lo ha logrado de la mejor manera que sabe hacerlo, poniendo a punto el chasis de una forma excepcional.

El Born comparte muchísimos componentes con el Volkswagen ID.3, pero realmente se siente más deportivo y dinámico que su primo hermano, gracias a cambios como una dirección progresiva que eleva su precisión, una suspensión rebajada 15 mm en el aje delantero y 10 mm en el trasero, un control dinámico del chasis (DCC) y la posibilidad de poner el ESC en modo Sport o desconectarlo por completo.

Sabemos que esta experiencia no es el mejor de los escenarios para medir la eficiencia del Born, pero teniendo en cuenta que realizamos una largas ruta por carretera y que estuvimos sometiendo a los coches a aceleraciones constantes en los test en circuito, todas las unidades finalizaron el día con entre un 10% y un 20% de energía restante. Un resultado más que positivo si tenemos en cuenta que estuvimos rodando a temperaturas por debajo de cero y que el frío extremo es uno de los peores enemigos de la las baterías. Es decir, que el Born es un vehículo con gran autonomía, versátil para el día a día, y sencillo de conducir, pero con ese ADN Cupra que lo convierte en un coche divertido y recomendable para los amantes de la deportividad.