Ineos es la tercera petroquímica mundial, poco conocida por estos lares, pero un monstruo que factura 60 billones de euros al año –sí, con b- y que nos sonará más por su equipo ciclista o por figurar en la toma de aire que Lewis Hamilton lleva tras su cabeza en su Mercedes de F1 –ojo que Ineos es dueña de 1/3 de la citada escudería-; o en las velas del equipo británico de Copa América, en las camisetas del Niza FC –la china en el zapato del poderoso París St. Germaine- o en las de los All Blacks de rugby…
Entre sus múltiples áreas de negocio y desde 2017 figura Ineos Automotive, la división que se encarga de diseñar, desarrollar y fabricar el Grenadier, un TT “auténtico”, con chasis de largueros y travesaños, ejes rígidos, etc. y que, en su estado de prototipo –PT1- hemos tenido oportunidad de conocer y copilotar.
Todo empezó cuando Sir Jim Ratcliffe, dueño de Ineos y consumado aventurero, tomando unas cervezas con sus amigos en el Grenadier, un pub londinense famoso por –según el 4º Milenio británico- ser la morada de un fantasma, fantasearon con cómo debería ser un TT de verdad, tras el anuncio de que Land Rover dejaba de producir su Defender Clásico –de hecho, incluso, intentó seguir fabricándolo él-.
El nuevo Grenadier es, hoy día, uno de los 4x4 más capaces del mercado
Cuando se dispone de los recursos de Ineos y se tienen las cosas claras, el resultado esperable es, cuando menos, esperanzador. Los estudios comerciales confirmaban la existencia de un nicho de mercado y, recurriendo a los mejores especialistas y suministradores, comprando una moderna fábrica a Mercedes –donde se fabrican los actuales Smart- y dotando al proyecto de todo lo necesario, el Grenadier, primer modelo de Ineos –al que seguirán una versión pick-up, otra de hidrógeno y, nos aseguran que más cosas-, es ya una realidad que los interesados podrán comprar on line a partir del mes que viene y cuyas primeras entregas a la red de concesionarios –Murcia contará desde el principio con un punto de asistencia que acabará convirtiéndose en concesionario-, llegarán en julio y a los clientes en septiembre.
Como decíamos, en el Ineos Grenadier se ha recurrido a lo mejor; así el desarrollo y la ingeniería se encargó a Magna Steyr –responsable y fabricante de los Mercedes Clase G-, el chasis de largueros y travesaños lo construye la española Gestamp, motores BMW 3.0 litros gasolina (285 CV y 450 Nm) y diésel (249 CV y 550 Nm), cambio automático ZF de 8 velocidades, amortiguadores Bilstein, muelles Eibach, asientos Recaro…
El diseño recuerda vivamente al Defender Clasic –del que Ratcliffe tiene una buena colección, dicho sea de paso-, de hecho diríamos que si siguiese en producción, su actualización se parecería al Grenadier como una gota de agua a otra, corrigiendo, eso sí los defectos crónicos de aquel –el volante está donde debe, no pegado a la ventanilla y los pedales debajo del mismo, no desplazados al centro, por ejemplo-. Mide 4,93 metros de largo por 1,93 de ancho y 2,03 de alto, es, por tanto, un poco más largo e igual de alto que un Defender Clasic, aunque mucho más ancho.
El interior es otro mundo. Nada aquí nos recuerda ni a Land Rover ni al Defeder Clasic, primero porque todo está en su sitio y segundo porque todo está muy bien pensado, con teclas espaciosas –que se pueden pulsar con guantes, en marcha y sin temor a equívocos, tanto por el conductor como por el pasajero- que nos recuerdan a la cabina de un avión –hay un montón en el techo-, asientos excelentes y un cuadro digital y bien legible –pantalla táctil de 12,3”-.Aunque Ineos presume de lo espacioso de su Grenadier, a nosotros no nos lo pareció. Mejora al Clasic, evidentemete y aseguran que cabe un palé en su maletero, pero la anchura de la consola central condiciona el espacio en las plazas delanteras, sobre todo teniendo en cuenta su tamaño.
La funcionalidad preside el diseño del Grenadier, todo se orienta a que funcione, dure y no se rompa, ni desgaste en exceso. La simetría de sus cristales, faros, pilotos… permite simplificar recambios, todo está sobredimensionado y su robustez –en detrimento de lujos superfluos, por ejemplo la llave de contacto es convencional y la electrónica se reduce a lo imprescindible- es patente y palpable.
El puesto de mandos tiene una configuración francamente llamativa, los distintos botones y selectores se reparten entre la voluminosa consola central y el techo
Diseñado para trabajar en las condiciones más duras, el Grenadier es ya o será, de serie muy capaz, contando con reductora –con relación 2,5 a 1, un valor similar al Defender (2,93 a 1) o el Wrangler (2,72 a 1) pero muy por debajo de un Wrangler Rubicon (4,0 a 1)- y bloqueo de diferencial central, dejando como opciones el trasero y el delantero –de accionamiento electrónico, pero funcionamiento mecánico-. Lo mismo ocurre con las protecciones inferiores, siendo de serie la delantera y trasera, pero opcional el “chapón” central. Y es que, la lista de accesorios del Grenadier será súper completa, para configurarlo según las necesidades del cliente (winch, faros auxiliares, etc.). Eso sí, todas las preinstalaciones y cableados estarán incluidas, dejando que el comprador opte por las propuestas de Ineos o por instalar la suyas o las de la industria auxiliar.
Así las cosas, Ineos ha construido 126 unidades de su Grenadier con el objetivo de hacer 1,8 millones de kilómetros en pruebas y, aprovechando que dos de ellas estaban en Mogente (Valencia) nos invitaron a verlas, tocarlas y copilotar una de ellas.
La primera impresión –que dicen que es la que vale- es muy positiva, pese a lo clásico de sus formas, resulta atractivo -con pinturas combinadas-, grande y muy robusto. El acceso a su interior está condicionado por la altura y una vez dentro, pese a su condición de prototipo –que no pre-serie- y de que los materiales del interior no son definitivos –aunque sí las formas- seguimos respirando robustez y funcionalidad. Algo ruidoso, nos dicen que se está trabajando en ello y que el prototipo carece de los materiales insonorizantes que montará de serie. Arrancamos con una agradable suavidad y, pese a la que está cayendo: lluvia, frio, niebla y viento –ideal para probar un coche de éste tipo, por cierto-, el Grenadier evoluciona con facilidad sobre barro y roca mojada. Unos minutos bastan para entender que es el coche con doble eje rígido más cómodo en el que hayamos subido. El conductor es experto, se nota en sus trazadas y en la manera de mover el volante –sorprendentemente pequeño-. Aumenta la velocidad y todo sigue igual, las suspensiones absorben bien baches, zanjas y roderas. El motor –de gasolina en éste caso- empuja mucho y pese a la cantidad de barro, la motricidad es excelente. Un tramo de asfalto nos permite comprobar que el Grenadier va como “sobre raíles”. La conclusión es clara, un TT auténtico, como los de antes, pero que gracias a las actuales tecnologías es mucho más cómodo y seguro, al tiempo que igual o más capaz que aquellos, moviendo sus 2,5 toneladas con una soltura sorprendente.
Precios del Ineos Grenadier
Llegamos ya a la siempre delicada cuestión del precio. Ineos asegura que estará disponible desde 60.000 euros, aunque configurado de un modo digamos razonable, no bajará de los 75.000 euros. ¿Que es mucho? Sí, pero siempre estará muy por debajo de unos competidores (Land Rover Defender, Jeep Wrangler o Mercedes Clase G) que, aunque más lujosos, ni valen para lo mismo, ni están concebidos para durar tanto como éste Grenadier; es más, si Land Rover continuase fabricando el Defender Clasic, seguramente sería aún más caro.