El Hyundai Bayon es una de las últimas incorporaciones a la gama de la marca surcoreana. Este todocamino llega para situarse en el mismo escalón que el i20 en cuanto a tamaño adaptándose a la demanda, que no para de crecer, que tienen los SUV en el mercado. Es rival directo, entonces, de coches como el Seat Arona, el Volkswagen T-Cross o el Renault Captur. Es un segmento complicado pero Hyundai confía en que este Bayon, basando sus puntos fuertes en la comodidad y la practicidad, podrá competir de igual a igual con los coches antes citados.

Lo cierto es que, en cuanto a diseño, es una propuesta muy singular. Pese a que Hyundai asegura que se basa en el lenguaje de diseño “Sensous Sportiness” de la marca, la misma que ha inspirado el nuevo Tucson, es un vehículo que no se parece demasiado a ningún otro vehículo de su gama, sobre todo en el exterior. Detalles como las luces diurnas separadas de los grupos ópticos principales o la forma afilada de la zaga, con luces en forma de flecha unidas por una franja roja, aportan carácter y personalidad. De hecho, hasta la trasera su diseño es fluido, con alguna que otra línea marcada que aporta contraste. Es un diseño que amas u odias.

El interior sí toma elementos estéticos de otros coches, concretamente del i20. Dispone del mismo volante, el mismo diseño de salpicadero, una consola central muy parecida y un ecosistema digital de idéntica disposición, aunque la pantalla en este caso es más pequeña. También hay más presencia de plásticos duros, aunque está bien acabado. La disposición de los controles y la posición de conducción son muy buenas, con todo cerca del conductor y de fácil uso. En la unidad probada, el sistema de infoentretenimiento, que podría ser más intuitivo, no ofrece navegación, punto negativo, aunque sí disponía de Apple CarPlay inalámbrico. El cuadro de instrumentos digital funciona bien y es personalizable. La accesibilidad es buena y la habitabilidad en las plazas traseras es más grande de lo que pudiera parecer al verlo desde fuera. Los 411 litros de capacidad de su maletero lo sitúan entre los mejores del segmento. El Kona, más grande, tiene menos maletero.

Un coche efectivo

La unidad probada correspondía a la motorización microhíbrida de 100 CV y cambio manual, propulsor que responde con soltura a las demandas de una conducción diaria. Presenta una aceleración lineal pero animada y recupera bastante bien. Es algo complicado hacerse con el tacto del embrague, con un recorrido larguísimo, pero en contrapartida la palanca de cambios ofrece recorridos bastante cortos y directos.

El Bayon es ideal para circular en ciudad, por ser pequeño y maniobrable, destacando por un buen arranque, pero también para escapadas más largas, ya que es sorprendentemente cómodo, cualidad que es sinónimo de cierto balanceo en curva cerrada. Apurando la velocidad puede aparecer el subviraje, por lo que invita a conducir con calma. Fuera del asfalto, ofrece garantías en los caminos más sencillos. Su consumo en una conducción normal puede rondar los cinco litros.