Partiendo del que a nuestro juicio es uno de los mejores SUV 100% eléctricos del mercado, como es el VW ID4 y también del excelente Skoda Enyaq, pues los tres comparten la plataforma MEB del Grupo VW, Audi presenta su Q4 e-Tron, un coche que nos ha impresionado.

La marca de los cuatros aros ha sabido construir un coche precioso desde el punto de vista estético –ni tan vanguardista como el ID4, ni tan conservador como el Enyaq-, elegante y atractivo –del lado deportivo queda la versión Sportback, con la luna trasera inclinada, rematada con un precioso alerón integrado, que aparecerá a finales de este mismo año-, con un tamaño muy razonable -4,59 metros de longitud-, perfecto para cuatro adultos –el eventual quinto viajará más apretado- y con un generoso maletero de 520 litros de capacidad que es además muy modulable y aprovechable.

El interior lleva aparejado ese toque Audi que le sitúa -por calidad de materiales, ajustes y diseño- por encima de sus “primos”, lo que ya justifica los aproximadamente 4.000 euros de diferencia en el precio con aquellos. Pero es que no acaba aquí la cosa, porque Audi ha hecho bien sus deberes y hay más diferencias que justifican ese sobreprecio y, de facto, les supera en la definitiva ecuación calidad/precio/producto.

No queremos desde aquí justificar un precio que, siendo competitivo –desde 44.460 euros de los que podremos descontar hasta 7.000 euros de ayudas y algún que otro descuento-, sigue siendo muy elevado, pero sucede con todos los 100% eléctricos –debe ser por los costos de desarrollo de las tecnologías, pues no hay motivos para que sean más caros que los de combustión, pero también sucede con los móviles, las televisiones, etc.-. Además, con autonomías de hasta 519 kilómetros podemos empezar a contemplarlo como una seria alternativa a uno de combustión, por deficientes que aún sean las infraestructuras de recarga en nuestro país.

Audi propone tres niveles de potencia para su Q4 e-Tron: el 35 con 170 CV y una batería de 52 kWh –alcanza los 160 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 9,0 segundos y ofrece 340 km de autonomía-; el 40 con 204 CV y batería de 77 kWh –alcanza los 160 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y ofrece 519 km de autonomía-, quizá el más equilibrado y el que, sin duda, será el más vendido; y el 50, ya con tracción total -35 y 40 son tracción trasera- y dos motores que alcanza los 299 CV y cuya batería es también de 77 kWh –alcanza los 180 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos y ofrece 488 kms de autonomía-.

Audi Q4 e-Tron

Además del básico, el Q4 e-Tron se oferta en tres niveles de equipamiento: Advanced, S Line y Black Line Edition. Se trata de un escalado muy razonable y aunque el equipamiento es muy completo en todos ellos, tanto la imagen del coche –llantas, molduras, tapizados, asientos…-, como su dotación –y, lógicamente su precio- aumentan muy razonablemente.

En nuestra toma de contacto tuvimos la oportunidad de rodar con la versión tope de gama, el Q4 50 e-Tron Quattro y, como venimos diciendo desde el principio nos sorprendió muy gratamente, lo que tiene miga, puesto que conocemos bien el bastidor, claro que no lo habíamos conducido con los dos motores, uno por eje -de ahí su condición de tracción total- y sus 299 CV, además de sus sofisticadas suspensiones.

Nuestro recorrido comenzó en el ámbito urbano, donde su suave, progresiva y silenciosa arrancada ya nos dibujó una sonrisa que iría en aumento a lo largo de toda la prueba. Con un puesto de conducción excelente, con asientos deportivos, grandes pantallas -10,25 pulgadas la del cockpit tras el volante y 10,1 la central (a finales de año estará también disponible con 11,6)-, volante achatado por abajo –también disponible achatado por encima y por debajo- y con levas para modificar la intensidad de la frenada regenerativa, proyección de información en el parabrisas con realidad aumentada y, sobre todo, un sistema operativo diferente al empleado por VW o Skoda, más rápido, preciso y fácil de manejar –que no se colgó en toda la prueba, lo que no podemos decir de los últimos, Seat, VW o Skoda que han pasado por nuestras manos- este Audi se deja manejar muy bien. Además de su suavidad, silencio o inmediatez, común a otros 100% eléctricos, nos gustó el tacto y la precisión con la que lidiar con su sorprendente agilidad y pronto nos vimos serpenteando entre el denso tráfico urbano, arrancando en los semáforos antes que los demás, etc.

Pero si en ciudad destaca por su agilidad, en autovías y autopistas, la sonrisa se intensifica. Mantiene las velocidades legales con suma facilidad y es una gozada adelantar con él, puesto que acelera –sobre todo en posición Dynamic- con presteza a cualquier velocidad y con solo aumentar la presión sobre el acelerador. La batería de ayudas electrónicas a la conducción, controlados por una cámara y un radar frontales, cuatro cámaras de visión periférica, dos radares traseros y ocho sensores ultrasónicos, actúan como un “ejercito de ángeles de la guarda” y nos devolverán al carril, corregirán nuestra trayectoria e incluso frenaran por nosotros si no andamos atentos, sin ser demasiado intrusivos –es la primera vez que no acabamos desconectándolas todas (!)-.

Audi Q4 e-Tron

Y llegamos a las viradas y muy accidentadas carreteras de montaña. Aquí no las toma nadie. Y nuestro Q4 50 e-Tron, con sus dos motores y su enorme batería de 77 kWh pesa la friolera de 2.210 kg. Una vez más, apoyado en su sofisticada suspensión con control electrónico, con un centro de gravedad muy bajo y un excelente equilibrio y centrado de masas, nuestra sonrisa aumenta un puntito más. No hay excesivos balanceos, ni cabeceos, frena y gira muy bien y sigue transmitiendo una enorme confianza a su conductor. No es que desaparezcan sus inercias –la física es lo que tiene-, pero se controlan de manera muy intuitiva y sencilla.

Por último, y como es de obligado cumplimiento en un 100% eléctrico, diremos que nos sorprendió la enorme capacidad regenerativa del conjunto, a poco que se lleve cuidado y aprovechando inercias, frenadas y bajadas, iremos aguantando –incluso incrementando- su autonomía y es factible alcanzar las cifras homologadas, de hecho, nuestro consumo medio se quedó en algo más de 20 kWh/100 km. Las recargas se pueden hacer a un máximo de 7,4 kWh –la máxima potencia que se puede contratar para uso doméstico- con la batería de 52 kWh y de 11 kWh con la de 77 en corriente alterna y de 100 y 125 kWh en los súpercargadores de corriente continua.

En definitiva, no es mejor que su hermano mayor el e-Tron, desde luego, pero es que cuesta prácticamente la mitad que aquel y, también desde luego, es bastante más de la mitad de bueno. Como decíamos más arriba, si metemos el precio en la definitiva ecuación relación precio/producto/calidad, estamos ante el que es, siempre a nuestro juicio, el mejor SUV 100% eléctrico de su segmento.