Esencia DEPORTIVA

Esencia DEPORTIVA

La irrupción de la electricidad como alternativa a los motores de combustión y como clara protagonista del futuro de la automoción, ha caído como una auténtica losa sobre muchos amantes del automóvil en su «estado puro». Una amenaza la de convertir el placer de conducir en algo anodino y falto de pasión que Ford se ha encargado de anular. La firma del óvalo ha comenzado su proceso de electrificación por un camino totalmente diferente. Y el resultado no ha podido ser más prometedor tal y como hemos podido comprobar en nuestra primera toma de contacto con el Mustang Mach-E.

Diferente concepto, misma esencia

Ford ha desarrollado su primer vehículo 100% eléctrico con el propósito de demostrar que la movilidad eficiente no tiene por qué perder su esencia original. Y qué mejor manera que demostrarlo recurriendo a uno de los más grandes iconos de la marca americana y de la historia del automóvil; el Mustang. El mítico pony ha sido el escogido para este estreno bajo una totalmente nueva interpretación plasmada en una carrocería SUV coupé, pero que logra transmitir todo el dinamismo y ganas de conducir del modelo del que hereda el nombre.

Y aunque podría parecer exagerada la comparación de los Mach-E con sus homólogos de gasolina, hay que reconocer que Ford ha hecho un más que destacable trabajo. Con 4,71 m de longitud total y una estilizada silueta, el Mustang Mach-E esconde un gran despliegue de ingeniería bajo una carrocería en la que no aparece en ningún lado el óvalo azul, para dejar todo el protagonismo al logotipo del caballo salvaje.

A pesar de sus más de 2.000 kg de peso, el comportamiento dinámico del Mustang mach-E es más que notable. A ello contribuyen de manera directa soluciones como la ubicación de su batería en el punto más bajo y centrado del coche, por debajo de los ejes, con lo que se reduce al máximo el centro de gravedad. Las suspensiones también muestran un elevado grado de eficacia, para conseguir un destacado paso por curva y una estabilidad envidiable.

Para gestionar el nivel de rendimiento y entrega de potencia, el usuario dispone de tres modos de conducción; Active, que se presenta como el más equilibrado entre confort, prestaciones y eficiencia, Whisper, en el que predomina el ahorro y la comodidad, y Untained, con el que se obtiene el mayor rendimiento. En éste último caso es recomendable activar la opción de sonido del motor, que ambienta el interior del vehículo de una manera que nos hace olvidar que estamos a los mandos de un eléctrico. La unidad que tuvimos la ocasión de probar iba equipada con las especificaciones más altas de la gama Mustang Mach-E, con dos motores eléctricos que, además de proporcionar 351 CV de potencia y el 100% del par en cada eje, le proporcionan la tracción a las cuatro ruedas. Esta versión, la más alta a la espera de que llegue la versión GT de 465 CV, va asociada a la batería de rango extendido de 98,7 kWh y 540 km de autonomía. También vinculada a la tracción total se encuentra una segunda alternativa con la batería estándar de 75,7 kWh con la que se puede recorrer 400 km y disfrutar de una potencia de 294 CV. En el caso de optar por los modelos de tracción trasera, las opciones son dos; batería de 75,7 kWh, 269 CV y 440 km, o la superior de 98,7 kWh, con 294 CV y la mayor autonomía de toda la gama con 610 km con una recarga completa.

Con el proceso de comercialización on-line a punto de comenzar, cabe destacar un precio de partida inferior a los 43.000 euros (Plan MOVES incluido) para la versión de tracción trasera y batería estándar.

Una cifra que sube hasta los 55.800 euros en el caso del AWD, y que, en los modelos con batería extendida se sitúa en 56.300 euros para el de tracción trasera y de 64.900 euros para el equipado con la tracción total Mach-E 4X.