Mercedes-Benz ha entrado en el necesario y pujante universo de los eléctricos por la puerta grande, aunque, teniendo en cuenta el arsenal tecnológico que maneja la firma, no podía ser de otra manera. El Mercedes-Benz EQC es un modelo de 4,76 metros de longitud basado en la plataforma del ‘SUV’ GLC, que porta la flor y nata de los avances de la marca no solo en materia de movilidad eléctrica, que es muchísima, sino también en seguridad y asistencias.

El lujo no puede faltar

Como buen vehículo de la marca, presenta un interior de primera clase, influenciado por los grandes modelos de la estrella pero con cierta personalidad que denota aires más vanguardistas y acordes con su sistema de impulsión. Se incluyen las pantallas corridas para el tablero de instrumentos y multimedia, correspondientes al MBUX, que permite varias formas de interactuar con el coche, usando los mandos del volante, la superficie táctil entre los asientos o bien mediante órdenes por voz, una forma cómoda y efectiva para actuar sobre muchas funciones. Además aporta información específica para el modelo, como el estado de las baterías, la autonomía o los puntos de recarga que aparecen en el optimizado sistema de navegación.

Las plazas son muy cómodas, las delanteras pueden contar con masaje y varios ajustes para la espalda, y el espacio de carga resulta bastante útil con sus 500 litros de volumen.

Propulsión

El nuevo Mercedes-Benz EQC cuenta con dos motores eléctricos, uno en cada eje, que dan como resultado una tracción integral y un poderío combinado de 408 CV con un par máximo de nada menos que 760 Nm. En condiciones normales, el EQC se mueve con el motor delantero y un calculador va haciendo funcionar al del eje trasero según la demanda de aceleración y motricidad. Por otro lado, la batería de iones de litio, instalada bajo el piso del coche, tiene una capacidad útil de 80 kWh y alimenta a los sistemas del vehículo con 405 voltios. La autonomía máxima es de 416 km bajo el ciclo WLTP.

Al volante, el conductor puede seleccionar el avance entre los modos Comfort, Eco, Sport, Individual o Max Range, este último destaca por ofrecer el rango máximo de autonomía posible. Además, el EQC tiene varios niveles de recuperación de la energía al retener el coche, así podemos modular nuestra frenada con las levas del volante para recargar un poco el acumulador. Uno de esos niveles actúa con el programador de velocidad inteligente conectado, de tal forma que adapta la velocidad del coche a la de la vía o la fijada por el conductor, teniendo en cuenta la orografía y las curvas.

En cuanto a los tiempos de recarga, en un poste de alta capacidad de 110 kW puede tardar alrededor de 40 minutos; en red doméstica o en otros puntos de menos capacidad, los tiempos se incrementan, aunque con las tomas adaptadas Mercedes-Benz Wallbox Home se realizan de forma más controlada y eficiente -el EQC monta de serie un cargador de 7,4 kWh-.

Gracias a Dimovil, concesionario oficial de Mercedes-Benz para Murcia, que nos cedió una unidad de pruebas, pudimos comprobar lo suave de su conducción, que además destacaba por una progresividad en su respuesta que lo hacía muy dosificable. En ciudad nos pareció muy manejable y ágil, gracias a la fuerza que tienen este tipo de vehículos desde para parado. Y todo ello rodeado por el lujo de la marca, con un interior asimilable al de los modelos más caros y refinados que produce.

Los precios del nuevo Mercedes-Benz EQC parten desde los 77.425 euros.