El nuevo BMW Serie 1, la esperada tercera generación del compacto de BMW, ya está aquí. Ha llegado pisando fuerte con toda la tecnología de la firma para seguir a la vanguardia del segmento ‘C’ de lujo. Y para empezar -atención a los puristas de la marca-, abandona la propulsión para configurar su tren de rodaje principal con la tracción al eje delantero. También monta sus bloques en sentido transversal y no longitudinal.

Ello no supone una merma en su inherente dinámica, sino más bien al contrario, puesto que sus ingenieros han creado un avanzado chasis que permite una agilidad sobresaliente, al tiempo que la nueva arquitectura permite una disposición más óptima de los elementos implicados en la cinemática para crear un habitáculo más espacioso y cómodo, especialmente en las plazas traseras y la zona de carga, que tiene un volumen de 380 litros. Como no podía ser de otra forma, el nuevo Serie 1 también puede incorporar la tracción integral xDrive de BMW, con lo que su motricidad gana enteros.

BMW SERIE 1. ESPECTÁCULO AL VOLANTE

De todas formas, con la tracción delantera de serie, nuestro 118i que hemos elegido para esta prueba, se agarra mejor que nunca, tanto que no echamos en falta la golosa propulsión trasera que ha montado hasta ahora.

Pero, antes de seguir analizando las reacciones del nuevo 118i, podemos ver qué opciones tenemos actualmente dentro de la gama. En gasolina, de momento, están los 118i con 140 CV y M135i xDrive con 306 CV; en diésel la oferta pasa por los 116d con 116 CV, 118d con 150 CV y 120d con 190 CV. Dependiendo de la motorización hay cambios automáticos de convertidor de par o de doble embrague, además de un caja manual de seis relaciones. En nuestro caso, el BMW 118i se puede asociar a la caja manual de serie o bien a la automática de doble embrague y siete relaciones. Nosotros nos quedamos con la opción más sencilla de transmisión manual, una posibilidad también satisfactoria por el buen tacto de la palanca y su precisión.

En marcha, el motor de gasolina de tres cilindros solo se deja notar en frío. El resto del tiempo su sonido es tan refinado como el de sus hermanos de cuatro pistones. Tampoco llegan vibraciones al habitáculo ni a los mandos.

Atacar un tramo muy revirado ha sido todo un placer. Pese a que su arquitectura rompe un poco el equilibrado reparto de pesos de las generaciones anteriores, el nuevo Serie 1 tiene un comportamiento soberbio, equiparable a los mejores de su categoría, que llevan muchos más años desarrollando vehículos con tracción delantera. Es verdad que este motor de 140 CV no pone en aprietos a un bastidor preparado para digerir mas potencia, pero hace de las suyas moviendo con mucha agilidad a un conjunto que da en la báscula 1.345 kg -se emplean materiales ligeros en algunas zonas de la carrocería-. Quizá al límite el morro abre más la trayectoria que antes, pero todo es muy progresivo y contamos con la nobleza de un eje trasero prácticamente imperturbable.

ESTÉTICA CONTINUISTA... O NO

Algunas marcas ‘premium’ han pecado sistemáticamente de crear diseños que soportaban bien el paso del tiempo, a costa de no arriesgar demasiado en estridencias. Con el nuevo Serie 1, BMW ha dado un paso adelante al incorporar la identidad de la marca en el frontal, al igual que en sus últimas creaciones. Incluso la carrocería, al primer golpe de vista nos dice que estamos ante algo nuevo y más atrevido, lo que hará que cale antes entre el público joven.

Calca prácticamente las medidas de la segunda generación, con una longitud de 4,32 metros, pero el salto en estética es apreciable. Destaca asimismo la trasera, que aparece más sólida que nunca y que incluso le da un carácter de Serie 3 con la cola truncada. El estilo refinado tiene su reflejo en un interior que, sin ambages, puede presumir de ser uno de los mejores de la categoría.

Un diseño minucioso que además hace que todos los mandos estén a la mano, otro de los puntos fuertes del fabricante. Más tecnología la encontramos en el panel de instrumentación opcional con diagonal de 10,25 pulgadas, que abruma por la cantidad de información que muestra -y al que hay que acostumbrarse-, complementado por otra pantalla del mismo tamaño en una zona bien visible del salpicadero. Ambas forman parte del nuevo sistema de infoentretenimiento iDrive 7.0 de la marca, que ofrece enormes posibilidades de asistencia y además es cómodo porque se puede gobernar por órdenes de voz, a través del mando entre los asientos e incluso con gestos.

La versiones que no montan este equipo tienen otra pantalla de 8,8 pulgadas en el salpicadero y un cuadro de instrumentos que mezcla indicaciones en pantalla y con agujas.

El listado de elementos que porta o puede portar es muy extenso y refleja lo último de la marca en seguridad, confort y dinámica. Se puede configurar con llantas de hasta 18 pulgadas y varios paquetes que permiten personalizar su estilo y equipamiento.

Los precios del BMW Serie 1 en su versión de gasolina 118i de 140 CV comienzan en los 28.800 euros con la caja manual; con la automática cuesta desde 29.870 euros.