Investigadores del Instituto CMT-Motores Térmicos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han diseñado motores híbridos más eficientes y menos contaminantes y que suponen una "revolución", al conjugar todos los beneficios de los motores híbridos y la tecnología de combustión dual-fuel.

Estos nuevos motores que combinan motor de combustión y eléctrico reducen los niveles de óxidos de nitrógeno (NOx) un 70 % respecto al diésel y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el escape hasta los 50 g/km, muy por debajo de los 95 g/km que impone la normativa anticontaminación para 2021, explican a EFE desde la UPV.

Los primeros resultados obtenidos en los bancos de pruebas del instituto, y publicados en la revista Applied Thermal Engineering, constatan su idoneidad para hacer frente a los futuros límites de emisiones contaminantes y CO2 del sector transporte.

Estos resultados han despertado además el interés de empresas fabricantes de vehículos destinados al transporte por carretera como Volvo Group Trucks Technology (Francia) y compañías petroleras como Aramco Overseas Company (Francia), con las que CMT-Motores Térmicos de la UPV ha comenzado un proyecto conjunto con fines muy similares.

El investigador Jesús Benajes ha indicado a EFE que "el objetivo del trabajo era evaluar el potencial de combinar dos estrategias de reducción de contaminantes, la tecnología dual-fuel junto con los motores híbridos, para conseguir una reducción drástica de las emisiones de CO2 además de otros contaminantes característicos de los vehículos diésel, como son los óxidos de nitrógeno y el hollín".

La principal novedad de la propuesta desarrollada por los investigadores de la UPV reside en la parte térmica del motor híbrido, que incorpora una parte dual-fuel.

"Actualmente, existen motores con configuración dual-fuel, de gas natural-diésel; existen motores híbridos como todo el mundo conoce, pero no hay ninguno que conjugue ambas tecnologías", según ha apuntado a EFE Antonio García, investigador también en CMT-Motores Térmicos.

Entre las principales conclusiones del estudio, ha destacado que las simulaciones que han llevado a cabo en los bancos de pruebas del instituto muestran que la tecnología de combustión dual-fuel permite reducir en torno a un 30 % las emisiones de NOx respecto a la operación diésel, con muy bajos niveles de hollín y sin penalizar la eficiencia de motor.

Por otra parte, el uso de la tecnología dual-fuel en vehículos híbridos no enchufables permite reducir el consumo de combustible un 25 % respecto al vehículo diésel convencional dado que es posible optimizar la zona de utilización del motor de combustión dual-fuel.

"Al aumentar el grado de electrificación de la planta motriz -motor- hacia vehículos híbridos enchufables, los beneficios de la combinación de ambas tecnologías son incluso superiores, reduciendo los niveles NOx un 70 % respecto a la operación diésel y las emisiones de CO2 en el escape hasta los 50 g/km, muy por debajo de los 95 g/km impuestos por la normativa anticontaminación para 2021", ha añadido.

El investigador Javier Monsalve ha resaltado que la combinación del motor de combustión y el motor eléctrico introduce nuevos "grados de libertad" que es necesario estudiar en detalle con el fin de optimizar el funcionamiento del vehículo.

En este sentido, uno de los principales resultados de este trabajo ha sido la obtención de una metodología robusta que permite, a través de simulaciones por ordenador, seleccionar la arquitectura de vehículo híbrida óptima para ser combinada con el sistema de combustión dual-fuel.

"Esta metodología permite acelerar el desarrollo de este tipo de vehículos, contribuyendo a la implantación de modos de transporte inteligente, ecológico e integrado, tal y como describe la estrategia de Horizonte 2020 y el Plan Estatal de Investigación e Innovación Científica y Técnica", ha destacado.

En esta estrategia, según Monsalve, "los vehículos híbridos se consideran como un aspecto estratégico europeo y una alternativa con potencial para la descarbonización del sector transporte a través de la progresiva electrificación del mismo".

Para comparar los beneficios reales de las diferentes soluciones de transporte, hay que analizar el impacto de cada tecnología desde el punto de vista global y en este sentido, el análisis del ciclo de vida es una de las herramientas más utilizadas por investigadores y organismos encargados de formular políticas anticontaminación, y que presumiblemente se implantará en futuras normativas.

"Nuestro método diferencia el sistema de primer plano (producción, la fase de uso y el tratamiento de fin de vida del vehículo) del sistema de fondo (materiales, recursos, electricidad, provisión de infraestructura y generación de desechos), lo que permite identificar los principales componentes contaminantes y los posibles puntos de mejora", ha concluido Santiago Martínez.