Siempre es un placer ponerse a los mandos del Volvo XC90. El todocamino de referencia de la firma sueca que marcó, cuando salió al mercado en 2015, el camino estilístico de los actuales modelos del fabricante, cuenta con una presencia imponente y atemporal, un diseño sobrio lleno de elegancia que tiene su reflejo en uno de los mejores habitáculos por calidad y tecnología de su especie. Esta segunda generación mide casi cinco metros de largo, por lo que milita en la zona alta de los 'SUV' de lujo. Para diferenciarse ha apostado por una imagen muy refinada y reconocible junto a una gama mecánica muy avanzada y modernos dispositivos de seguridad, como suele ser habitual en la marca.

Disponible en nuestro mercado por un precio de partida de 68.650 euros, el Volvo XC90 monta motores de potencias entre 190 y 407 CV, esta última procedente de un sistema de propulsión híbrido. Nosotros nos quedamos en esta ocasión con la versión de gasolina T5, que eroga 250 CV, más que suficientes para mover con muchísima soltura a nuestro protagonista y cuyo precio parte desde los 71.450 euros.

Está claro que el XC90 tiene un planteamiento rutero con posibilidades por campo gracias, además de por su altura al suelo, la tracción total inteligente de serie. Pero si nos toca hacer ciudad, sus dimensiones no son tan problemáticas como podíamos pensar a priori, puesto que disfrutamos de afinados asistentes al aparcamiento y además maniobra bastante bien. Dentro, su interior de hasta siete asientos cuenta con regulaciones individuales. La tercera fila se puede plegar si no le damos uso, así pasamos de los 310 litros de capacidad hasta los 670 litros con cinco plazas. Por otro lado, llama la atención el puesto al volante, pues la pantalla vertical acapara la mayoría de funciones de a bordo -navegación, conectividad, sonido, climatización...-, con lo cual se despeja de muchos botones la zona central del salpicadero. Para el tablero de instrumentos hay otra pantalla de 12,3 pulgadas que permite cierto grado de personalización en la información que muestra.

250 poderosos caballeros

El motor que monta el Volvo XC90 T5 da de sobra para cualquier utilización y estilo de manejo. Hace al coche más pequeño por la agilidad que demuestra y su respuesta es tan buena que no pensamos en las variantes de mayor potencia. Con él es muy fácil ir a ritmos muy altos en autovía sin darnos cuenta, ya que consigue los límites máximos permitidos con mucha facilidad -incluso con la familia a cuestas- y las dimensiones e insonorización del coche hacen que la sensación de velocidad sea menor. La brillante zona media del cuentarrevoluciones permite apurar la parte de arriba con mucho poder y eso, unido a un tarado de suspensiones que sujetan bien la carrocería -hay que tener en cuenta que mide 1,77 metros de alto- da mucha confianza para ir rápido con total seguridad. En cuanto al consumo, nos ha subido algo más de los 7,6 litros por cada 100 km que homologa, pero en todo caso no nos ha parecido excesivo teniendo en cuenta el peso y las dimensiones del vehículo.

Volvo ofrece el XC90 T5 con los niveles Kinetic, Momentum, Inscription y R-Design. Así, en función del acabado podemos encontrar llantas de hasta 22 pulgadas, asientos con regulaciones eléctricas y masaje, información proyectada en el parabrisas, sonido firmado por la prestigiosa marca 'Bowers&Wilkins', aparcamiento asistido con cámaras de visión periférica, suspensión neumática..., además de un completo paquete de sistemas de seguridad, como los asistentes de permanencia en el carril, circulación en atascos y frenada de emergencia, el programador de velocidad activo, el reconocimiento de señales de tráfico o los pretensores de los cinturones que detectan una colisión inminente, entre muchos otros.

Todo un arsenal tecnológico con el que el Volvo XC90 planta cara a sus difíciles competidores, ofreciendo un producto 'premium' diferente al planteado por las marcas alemanas y con una efectividad en carretera y espacio interior tan bien resueltos que no desmerece en absoluto frente a los mencionados 'SUV' de lujo.