Sabedoras de la gran aceptación que tienen en nuestro continente las carrocerías familiares, las marcas no descuidan sus productos en esos formatos, potenciándolos con mucho diseño e incluyendo más soluciones prácticas en su interior. Tal es el caso de Mazda, que hace unos meses lanzó la actualización de la silueta familiar de su Mazda6, un vehículo que resulta tan atractivo o más que la berlina que le sirve de base y que además gana en volumen con un maletero de 522 litros de capacidad, frente a los 480 litros la versión Sedán.

FIELES A SU FILOSOFÍA

La gama de motores del nuevo Mazda6 Wagon ha evolucionado para cumplir con la reciente normativa Euro 6D Temp, quedando formada por dos diésel SKYACTIV-D procedentes del mismo bloque de 2,2 litros con 150 y 184 CV y otros dos de gasolina SKYACTIV-G, un 2,0 litros con 145 CV y un 2,5 litros de 195 CV. Unas cilindradas que, tanto en un combustible como en otro, se mantienen fieles al historial de la marca en cuanto a motorizaciones se refiere, huyendo del 'downsizing' -bajar la cilindrada de los bloques- que tan de moda se ha puesto en muchos fabricantes.

Esto permite al Mazda6, en cualquier variante, obtener unas buenas prestaciones desde casi todo el margen del cuentavueltas, manteniendo un consumo parco. Apunten, por ejemplo, que los de gasolina no sobrepasan la media homologada de 6,8 litros por cada 100 km y el diésel más potente de 184 CV, que se queda en unos excelentes 5,4 litros si se asocia a la caja automática. Porque la familia tiene disponible este tipo de cambio y también la tracción total, lo que le aporta más posibilidades de uso en zonas con mal tiempo. Nosotros hemos elegido para la ocasión una unidad dotada del motor diésel de 150 CV y caja automática, una delicia para el conductor, que se rubrica con el tacto tan especial y placentero marca de la casa -otro de los pilares fundamentales de la forma de construir de Mazda-.

EVOLUCIÓN DE SISTEMAS

La revisión en profundidad del Mazda6 le ha dotado de nuevos elementos de seguridad y asistencia que antes no podía tener. Destacan los limpiaparabrisas con función de descongelación, las plazas delanteras calefactadas, la información proyectada en el parabrisas optimizada -de serie-, las cámaras que ayudan a las maniobras creando una imagen cenital o el aviso de tráfico trasero cruzado con frenada de emergencia, una función que también actúa en el programador de velocidad activo. Además de estos, se han mejorado las ópticas de Led, que son adaptativas e iluminan de manera inteligente sin deslumbrar aumentando su alcance. Por otro lado, al sistema multimedia también se le ha dado una vuelta de tuerca y se presenta con una pantalla de 8 pulgadas totalmente compatible con los últimos 'smartphones'; en el tablero de mandos aparece otra de 7 pulgadas que muestra información complementaria del vehículo.

GANAS DE CARRETERA

Al volante, la versión menos potente de gasóleo convence. Notamos cómo se ha mejorado el aislamiento, tanto del ruido aerodinámico y de rodadura como el procedente del vano motor. Ambas mecánicas de gasóleo cuentan con dos turbocompresores y recurren al aditivo AdBlue para rebajar sus cifras de emisiones. La respuesta de los anunciados 150 CV es alegre, y eso que esta unidad de pruebas da en la báscula más de 1.600 kg de peso. Tampoco podemos pasar por alto las mejoras que inciden en su tacto de conducción, que antes ya era muy bueno. Ahora su chasis es más rígido y su tarado ha sido estudiado para ganar en confort de marcha sin renunciar a un carácter deportivo francamente gratificante. En resumen, un familiar bien rematado, que en esta opción de gasóleo funciona de manera excelente -consumos muy bajos, prestaciones sobradas y bajo ruido- y que además no descuida su parte práctica con el espacioso habitáculo.