A valado por más de 400.000 unidades matriculadas en Europa desde su salida al mercado en 2001, el Hyundai Santa Fe encara su cuarta generación potenciando todas sus cualidades. Para empezar, ahora es más grande, con una longitud de 4,77 metros, una medida que le permite ofrecer de serie 7 plazas con una tercera bancada muy decente incluso para adultos. Con todos los asientos en uso, el Santa Fe dispone de un vano de carga de 130 litros y con cinco plazas -las dos últimas quedan abatidas bajo el piso del maletero- dicho hueco aumenta hasta los 547 litros. Si seguimos con el interior descubrimos materiales de una calidad elevada, buenos ajustes y un moderno sistema multimedia presentado en una pantalla flotante en la zona superior del salpicadero de 8 pulgadas. Este dispositivo disfruta de una suscripción de 7 años a los servicios TomTom Live: aporta ventajas como toda la información relacionada con nuestros trayectos, gasolineras, estado del tráfico, aparcamientos, meteorología...

MUCHA MÁS DOTACIÓN

El conductor puede ver completada la información con un dispositivo 'Head Up Display' que refleja los datos en el parabrisas, junto a más equipamiento avanzado, entre los que destacan la alerta de tráfico trasero cruzado al ir marcha atrás, el aviso de vehículos en los ángulos muertos, la frenada de emergencia y el asistente de salida de carril involuntaria. Asimismo, novedosos son el sistema que avisa al conductor si hay demasiado movimiento en las plazas traseras -animales o niños sueltos- y otro sistema que impide salir a los ocupantes si advierte que se acerca algún vehículo creando una situación peligrosa.

ESTÉTICA Y MECÁNICAS

El nuevo Santa Fe muestra un diseño muy actual. Llama la atención el frontal, que recoge los últimos códigos estilísticos del fabricante, ya vistos en modelos como el Kona, donde cobran protagonismo la parrilla de gran tamaño y las ópticas rasgadas. Aparecen detalles cromados repartidos por la carrocería que le aportan elegancia y la zaga es ahora más sólida y su portón puede contar con apertura y cierre eléctricos.

La familia mecánica es más completa que antes y la forman dos motores diésel, un 2,0 l. con 150 CV y un 2,2 l. con 200 CV, y un gasolina de 2,4 l. con 185 CV. Las cajas de cambios para los de gasóleo son manuales de seis marchas y tienen en opción un nuevo cambio automático de ocho velocidades. El gasolina va asociado a una caja automática de seis relaciones siempre. Nosotros hemos disfrutado de una unidad dotada del motor más potente diésel de 200 CV, con la caja automática y tracción total.

El sistema 4x4 HTRAC ha evolucionado y permite un reparto fijo entre los dos ejes para salvar algún tramo puntual por debajo de 40 km/h. En condiciones normales la fuerza se va al eje delantero y si el agarre cambia se distribuye de manera inteligente a las cuatro ruedas. Mención especial merecen, por un lado la caja de cambios, que tiene cuatro modos de conducción -Normal, Sport, Eco y Smart- y por otro, la respuesta decidida de su silencioso motor, que empuja con fuerza desde cualquier régimen.

El consumo medio que homologa es de 6,1 litros por cada 100 km, un valor que nos ha subido ligeramente en nuestras pruebas, pero en todo momento muy contenido para este tipo de vehículo.

Los precios de la gama empiezan en los 29.700 euros del diésel de 150 CV; nuestro protagonista, con el otro bloque de gasóleo de 200 CV cuesta desde 31.800 euros con los descuentos de la marca.