Los cuatro etarras que se encuentran en la actualidad presos en el Centro Penitenciario de Sangonera se han puesto en pie de guerra. Los miembros de ETA reclaman estar en celdas individuales y no tener que compartirla con otro preso, mientras que los reclusos comunes se hacinan de tres en tres. Los terroristas han sido agrupados en dos celdas del módulo cuatro: Aitor Bores Gutiérrez duerme con Joseba Segurola Beobide y Unai López de Ocariz con Andoni Ugalde Zubiri.

Los etarras ya habían compartido celdas en otras ocasiones con compañeros de su banda, pero fue el pasado viernes cuando iniciaron su rebelión. Al entrar al hall del módulo, se tiraron al suelo y tuvieron que ser los funcionarios los que les llevaran hasta sus respectivas celdas. Esta acción la repiten cada vez que regresan del patio, por lo que se ha dictado su aislamiento provisional hasta que se resuelva el expediente por falta grave que se les ha abierto por estas acciones. Ahora toman la comida en su celda y sólo salen durante dos horas al patio, repitiendo su acción de protesta cada vez que se les ordena volver a sus dependencias, según informaron fuentes sindicales a LA OPINIÓN.

Como presos de primer grado, el reglamento indica que deben estar recluidos en celdas individuales. Sin embargo, por el hacinamiento en la prisión y al no ser considerados especialmente peligrosos, se les aplica el artículo 100.2 del reglamento que establece medidas más suaves a los presos de primer grado. Estas medidas más suaves les permitía, por ejemplo, poder tener ordenadores portátiles en sus celdas, aunque recientemente se les han requisado. De hecho, eran los únicos presos de Sangonera que contaban con esta tecnología.

Aunque algunos funcionarios han tratado de hablar con ellos para explicarles los problemas de sobrepoblación que hay en Sangonera, donde en algunas celdas se hacinan hasta tres presos, indicándoles que su situación es relativamente buena, los etarras vuelven la cabeza y no responden. Es cuando les mandan a sus celdas, cuando nuevamente "se tiran al suelo muy serios y sin decir nada" como muestra de protesta.

Desde el inicio de la tregua, los etarras de Sangonera han protagonizado varias huelgas de hambre de un día que se realizan en todas las prisiones siguiendo las órdenes de la dirección de la banda terrorista.