Un gol de Molist de penalti a los dos minutos de partido y en la primera aproximación cartagenerista al área sevillana y noventa y tantos de sufrimiento. Así podríamos resumir la sexta victoria del Cartagena ante sus aficionados, que de nuevo pasaron momentos de angustia en los minutos finales del partido pero que lo dieron por bien empleados a costa de tres puntos que sirven para colocarse nuevamente entre los mejores del grupo, concretamente en el cuarto puesto a un punto del Córdoba que se erige en el nuevo lider. Y es que la igualdad es tal que, con esta derrota, el filial sevillista pasa de ser líder a ocupar la quinta plaza en una caida vertiginosa con sólo perder este choque.

Para ello el Cartagena tuvo que ponerse el típico 'mono' de trabajo y luchar desde el principio hasta el final teniendo en cuenta que, desde el minuto 73 del partido, tuvo que jugar con un jugador menos tras la rigurosa expulsión de Mariano Sánchez al ver la segunda cartulina amarilla. Los minutos finales fueron los de mayor agobio a la meta blanquinegra aunque el meta Jesús Cabrero, quien debutaba ayer como parecía escrito, apenas tuvo que esforzarse en un par de intervenciones.

Nunca sabremos tampoco si marcar tan pronto fue beneficioso o perjudicial para el buen juego cartagenerista. Verse con un gol tan tempranero a las primeras de cambio, en la primera jugada del partido, siempre sorprende y ayer ocurrió porque el dominio territorial correspondió al Sevilla Atlético prácticamente durante toda la tarde pero sin definición mientras el Cartagena era el equipo que dejaba sensación de peligro en las contadas ocasiones que se acercaba al portal defendido por Javi Varas.

En el primer tiempo el resultado pudo haber sido mayor del 1-0 que reflejaba el marcador si el disparo de Sívori hubiese ido unos centímetros más a la derecha cuando sólo habían pasado ocho minutos o aquel disparo envenenado de Lafuente en el minuto 20 hubiese entrado, por no contar aquella jugada, preciosa, del propio Ander Lafuente por la izquierda que Sívori no supo o no pudo remachar a la red.

El Sevilla era quién mandaba. Controlaba el balón pero no la situación. Jugaba con una defensa muy adelantada lo que facilitaba los contragolpes cartageneristas, contados pero peligrosos. Y con todo pudieron empatar a la media hora si Diego Capel hubiese estado más avispado o si el colegiado hubiese señalado lo que para muchos fue un claro penalti de Chito sobre Pablo Sánchez con apenas veinte minutos de partido.

Un final con sufrimiento

No varió mucho el encuentro en la reanudación. El balón casi se,pre estaba en poder de los sevillistas en los primeros veinticinco minutos del segundo tiempo y se acrecentó a partir de la expulsión de Mariano Sánchez en el 28. Pero si otras veces el Cartagena ha incurrido en fallos infantiles en la defensa ayer fue su mejor línea con un Orlando inmenso, presente allá dónde estaba la pelota y tapando todos los huecos habidos y por haber.

Los minutos fueron transcurriendo sin otras noticias conocidas. Bruno, de los mejores futbolistas hispalenses, trataba de sorprender a Cabrero desde lejos y entre eso, un par de saques de esquina y otras dos o tres faltas con bombeos al área albinegra acababa un partido sufrido y emocionante que deja otra vez al Cartagena entre los mejores.

El Sevilla no tuvo pegada y el Cartagena acabó destronándole del primer puesto.