La marca japonesa ha puesto al día su Outlander PHEV (híbrido enchufable) con retoques en los paragolpes, ópticas (que incluyen proyectores de Led para todas las funciones) y antinieblas. Dentro hay nuevas molduras cromadas, cambia la instrumentación y algunos mandos y los asientos reciben otros acabados. Además se incluye un selector que permite aumentar las prestaciones o bien adecuar la respuesta de la transmisión a una conducción por nieve.

Asimismo hay cambios también en la gama, que recupera el acabado de acceso Motion y que se suma al de referencia Kaiteki. El primero de ellos viste al Outlander PHEV con climatizador doble, llantas de 18 pulgadas o detección de tráfico trasero con la cámara de marcha atrás, entre otros. El otro acabado Kaiteki completa el conjunto con cuero en los asientos, regulaciones eléctricas para el conductor, cámaras para controlar el perímetro, control de velocidad activo, proyectores Led mejorados y apertura eléctrica del portón trasero, entre muchos otros dispositivos.

También hay diferencias en el grupo propulsor. El bloque de gasolina aumenta su cilindrada hasta los 2,4 litros para rendir 135 CV. En la parte eléctrica, el motor que mueve el eje delantero se conserva para los 82 CV, pero el trasero sube hasta los 95 CV, por lo tanto la potencia total del nuevo Outlander PHEV es de 230 CV (antes era de 203 CV). También aumenta la capacidad de la batería a casi 14 kWh, lo que permite ir en modo exclusivamente eléctrico hasta una velocidad mayor que antes: 135 km/h. La autonomía en EV (solo con los propulsores eléctricos) es de 54 km, pero medida con el nuevo ciclo WLTP, así que es mayor que la anunciada en el anterior modelo.

La firma japonesa ha sabido realzar las muchas virtudes de su modelo enchufable, que gana vigencia manteniendo un precio imbatible, pues no hay otro ´SUV´ de estas características, con este sistema de impulsión tan eficiente, que se acerque a los 35.495 euros que cuesta la versión de inicio al Outlander PHEV.