El Mazda CX-5 se puso al día el pasado año ganando mucho con el cambio. En lo concerniente al diseño, se puede decir que no difiere mucho con el modelo precedente, pero al detalle sí que se aprecian elementos estéticos más modernos, como el frontal con la gran parrilla, las ópticas estilizadas y unos paragolpes más integrados. Por su longitud de 4,55 metros, el nuevo CX-5 se posiciona en un lugar privilegiado por espacio dentro del segmento medio de ´SUV´. Dentro destacan sus materiales, su buen espacio (detrás pueden ir tres ocupantes con comodidad) y su maletero de 477 litros de capacidad puede incluir un portón de apertura y cierre eléctricos. El completo sistema multimedia MZD Connect de serie está conectado a una moderna pantalla de 7 pulgadas y es una muestra de la tecnología que monta, como el control de velocidad activo, que puede parar y reanudar la marcha si lo hace el vehículo precedente, el aviso de salida de carril involuntaria que corrige la trayectoria, el testigo de objetos en los ángulos muertos, la frenada de emergencia con detección de peatones o las ópticas de Led matriciales de alumbrado inteligente.

Dotado de lo más granado también en materia de mecánicas, el nuevo CX-5 se vende con motores de gasolina de 160, 165 y 194 CV, y diésel de 150 y 175 CV. Dependiendo del nivel de potencia, puede tener tracción a las cuatro ruedas, cambio manual de seis marchas o automático del mismo número de relaciones. Recordamos que hace unos meses ya tuvimos un contacto con una unidad animada por el brillante gasolina de 194 CV y para esta ocasión hacemos lo propio con el fantástico bloque diésel de 2,2 litros de cilindrada de 150 CV, completado con acierto con la tracción total 4WD y caja manual de seis relaciones.

Uno de los aspectos que más nos han gustado al conducirlo es su dinámica, superior a la media, que hace que el CX-5 parezca más pequeño de lo que realmente es. Encima el motor propuesto invita al disfrute, pues responde con bastante decisión y apenas se nota su trabajo. Su consumo es muy bueno teniendo en cuenta el tamaño del vehículo y que cuenta con tracción total. Ningún reproche tampoco al cambio de marchas manual de seis relaciones, cuya palanca tiene un tacto muy preciso.

Bien nutrido de elementos de dotación, nuestro Mazda CX-5 cuenta con climatizador doble, sensores de lluvia y luces, ópticas de Led o llantas de 17 pulgadas, entre otros. Otro dispositivo que premia la mencionada dinámica es el sistema G-Vectoring Control que mejora la estabilidad del vehículo en curvas modificando el reparto de par del motor, con lo que se consigue un mayor confort y aplomo en apoyos fuertes. El resultado es una pisada muy segura, muy parecida a la de un buen compacto, y eso que este Mazda levanta sus bajos del suelo casi 20 centímetros.

El precio del Mazda CX-5 2.2 SKYACTIV-D de 150 CV 4WD con cambio manual es de 35.795 euros.