El ´SUV´ medio de Skoda lleva unos meses en el mercado y ya teníamos ganas de echarle el guante. Primo del Ateca de Seat (y esto ya da una idea de lo bueno que es este modelo), el nuevo Karoq tiene una conducción satisfactoria en todo tipo de escenarios. Incluso en tramos lentos es un coche dinámico, y eso que la unidad probada es la de acceso de gasolina, animada por el voluntarioso motor de tres cilindros y un litro con 115 CV. La otra opción del mismo combustible es la de 1,5 l. TSI de 150 CV y hay dos de gasóleo, el 1,6 l. de 115 CV y el 2,0 l. de 150 CV. Van asociados a una caja de cambios manual de seis relaciones y existe la posibilidad de otra automática DSG de doble embrague con siete marchas. Excepto en el caso del diésel de 150 CV, que es 4x4, la tracción va al eje delantero.

De una suavidad a resaltar para un propulsor de cilindros impares, el 1.0 TSI de 115 CV mueve con más soltura de la que pensábamos al Karoq, que mide 4,38 metros de longitud y pesa cerca de 1.400 kg. Una prueba de ello es que logra una velocidad punta de 186 km/h y acelera hasta los 100 km/h desde parado en poco más de 10 segundos. La versión probada está asociada al excelente cambio automático DSG del Grupo Volkswagen con siete relaciones, que es muy rápido en su funcionamiento y suave insertando las marchas. También tiene varios modos de conducción y se adapta a ellos (retrasando los cambios en el perfil más deportivo o adelantándolos en el modo Eco, que además puede insertar el punto muerto cuando se va a punta de gas y no es necesaria aceleración). Con estas soluciones, el Karoq homologa una media de consumo de 5,2 litros por cada 100 km (4,6 litros la versión manual), que un uso normal no sube demasiado. Aunque con este motor, la tracción va al eje delantero, es posible hacer excursiones campestres gracias a sus voladizos cortos y a una altura libre al suelo de 17 centímetros.

Militar en la categoría de los ´SUV´ que más se venden obliga a ofrecer un interior práctico y espacioso, pues en la mayoría de los casos puede ser el coche único de la familia. En ese sentido, el Karoq destaca, sobre todo en la cota de altura y también en habitabilidad en la zona trasera. Esa fila se puede pedir con asientos individuales y extraíbles, lo que aumenta significativamente la capacidad de carga de su ya buen maletero de 521 litros, uno de los mejores de su clase. Delante, el puesto de mandos puede incorporar, por primera vez en la marca, una pantalla para el panel de instrumentos en lugar del ordinario tablero de relojes. Para el equipo de infoentretenimiento hay disponibles pantallas de 8 o de 9,2 pulgadas, con navegación, funciones de voz y de amplia conectividad. Los materiales empleados causan muy buena impresión, se ajustan bien y el ambiente en general es elegante, al estilo de las reconocidas realizaciones alemanas. Hay muchos huecos para dejar objetos y es posible cargar un ´smartphone´ sin cables gracias a una zona inalámbrica.

Al igual que ocurre con otros modelos de nuevo cuño de la marca, el Karoq tiene a su disposición las últimas soluciones en asistencias a la conducción, como el programador de velocidad activo, el chivato de salida de carril involuntaria con corrección de la trayectoria, la frenada de emergencia con detección de peatones, el aparcamiento asistido con función de maniobra con remolque o el reconocimiento de señales de tráfico.

Sustituto del conocido Yeti, un vehículo que ya destacó por su comodidad y eficacia, el nuevo Karoq muestra una candidatura firme dentro de un segmento muy competido. Viene avalado por las excelentes mecánicas del importante grupo alemán y la verdad es que no defrauda incluso con esta versión de gasolina de 115 CV y tres cilindros. Para quien practique una conducción normal y no vaya muy cargado nos parece más que suficiente; quien demande más fuerza puede optar por el otro motor de gasolina de 150 CV con desconexión de cilindros.